La epidemia de la peste bubónica, que entre los siglos XIV y XVIII eliminó a más de la mitad de la población de Europa, provino del este. Esa es la conclusión a la que llegaron los científicos alemanes del instituto Max Planck, que realizaron un nuevo estudio de restos de 10 fosas comunes en Rusia, el Reino Unido, Francia, Alemania y Suiza, informó la revista científica Nature Communications.
Además, descubrieron que las cepas de la peste mutaban y se volvían cada vez más mortales. También resultó que el gen cambiaba con el tiempo: dos genes responsables de la capacidad de infectar a otros organismos desaparecieron. Los resultados del trabajo ayudaron a rastrear la historia de la peste y comprender su evolución.
Los microbiólogos tomaron muestras genéticas de varias tumbas y concluyeron que la epidemia de la peste bubónica fue causada por algunas especies estrechamente relacionadas (Yersinia pestis). También se descubrió que los microbios comenzaron a mutar después de la penetración en Europa, formando varias cepas diferentes entre sí. La cepa más antigua se encontró en un entierro cerca de la ciudad de Laishevo, en el río Kama, en el moderno Tartaristán, Rusia.
La cepa encontrada cerca de Laishevo resultó ser la que creó otras subespecies europeas de la peste. De este modo, los científicos concluyeron que la enfermedad comenzó su marcha mortal por Europa desde las zonas orientales de la moderna Rusia.
Sin embargo, los investigadores sostienen que el tiempo específico y el método de propagación de la enfermedad aún no han sido establecidos. “Es posible que después de procesar muestras de Eurasia occidental que aún no se hayan estudiado, se hagan otras interpretaciones al respecto”, concluyó María Spyrou, una de los autoras del estudio.