Los problemas generados por la fricción y ansiedad de estar encerrados, sumado a problemas familiares, económicos y de otra índole terminan por impactar en los niños y adolescentes que durante el último año han tenido que estudiar 100 por ciento de forma virtual.
Esto ha provocado que muchos menores de edad e inclusive adultos muestren problemas emocionales.
¿Qué son problemas emocionales?
Son conductas o comportamientos cuando un niño o adolescente no sabe regular sus emociones, no tolera la frustración, presenta síntomas nerviosos o de tristeza.
Sin ganas de estudiar
Helen, una adolescente de 15 años explica, que ya no quiere continuar estudiando porque se ha vuelto completamente tedioso.
Los problemas de casa me están afectando en el estudio y he llegado a un punto en el que no quiero saber mas de estudio virtual. Indica
El sentir de Helen, no es algo singular, por el contrario hay cientos de estudiantes que se sienten frustrados y desesperados; la mayoría ya no quiere seguir estudiando, como es el caso de la entrevistada que emocionalmente no ha podido estar bien durante los últimos meses, y por ello considera que debe ser oportuna la intervención de su familia y educadores para no dejar los estudios.
A muchos estudiantes no nos afecta el aspecto económico del todo, porque gracias a Dios tenemos internet y un dispositivo por donde recibir clases, pero si nos afecta emocionalmente por que no es fácil lidiar con un cumulo de tareas escolares, problemas en casa y en el trabajo.
Estamos en la etapa que nos obligan a ser perfectos y tenemos que saber todo sin que nos lo expliquen, pero en realidad ese es un desgaste emocional. Explica Helen
No solo los adolescentes presentan este problema, Marta López, explica que sus 3 hijos en edades entre 7 y 12 años, le han externado no querer continuar estudiando e inclusive han pedido permiso algunos días para no conectarse.
Tuvimos que endeudarnos con mi esposo para comprar dispositivos móviles en donde nuestros hijos pudieran recibir sus clases, sin embargo otro de los problemas es el espacio limitado de nuestra casa; el mas pequeño esta en primer grado, el segundo en tercero y el mayor en sexto primaria.
Ha sido difícil que puedan recibir sus clases, tuve que dejar de trabajar porque no había quien los cuidara y eso ha impactado en nuestra economía, mis hijos se desesperan, en realidad nos estamos volviendo locos y encuentro limitantes en poder apoyarlos como se debe. Explica la madre de los tres estudiantes de primaria en modo virtual
Fotografía de referencia
Nancy Alvarez, psicóloga nos explica algunos detalles, luego de analizar la situación de clases virtuales desde el año pasado.
Según nuestra experiencia, muchos niños y adolescentes han expresado frustración de sentir que realmente no están aprendiendo, que se les esta dificultando mucho, en conclusión ellos se sienten cansados por estar sentados tanto tiempo y tener esa sensación que no están aprendiendo ni mejorando, incluso algunos nos explican que sienten que están retrociendo.
La profesional de la salud mental explica, que en el caso de los niños pequeños, las actividades eran en su mayoría dinámicas.
El tiempo de atención de un niño pequeño es menor y el único estimulo lo reciben a través de la pantalla y esto les genera frustración a ellos y a sus padres, porque termina siendo un trabajo en conjunto mas tedioso para todos. Explica Álvarez
El peor escenario que puede suscitarse es un ambiente de violencia que puede darse por resistirse a estudiar.
Este tipo de situaciones genera mucha ansiedad tanto en los niños, adolescentes y padres, esto realmente hace que se genere un ambiente de maltrato en donde los padres o encargados al borde del colapso terminen por gritarles o incluso agredir a los niños y adolescentes. Indicó
Profesionales aconsejan motivarse entre todos, y agregan que lo mejor es organizarse en casa haciendo actividades distintas, sobre todo aquellas que los haga olvidar los problemas y no los haga caer en la monotonía de tareas que los frustre y los haga tomar la decisión de dejar de estudiar.
Los niños y adolescentes también necesitan apoyo extra y tiempo de calidad, hay que comprender que su entorno solo esta girando de la silla al sofá o a su habitación. Antes por lo menos se desconectaban al poder asistir a clases presenciales, ahora es diferente y hay que comprenderlos y buscar formas de apoyo general. Concluyó la profesional
Con información de Karla Mejía
Latinoamérica es la región con más niños sin clases presenciales