Las largas distancias que debieron recorrer las selecciones y sus seguidores durante el Mundial de Brasil en 2014 no son parte del legado que dejó ese certamen para la Copa América que se realizará este año.
Los partidos mundialistas se disputaron hace cinco años en ciudades diseminadas en todo el territorio de Brasil, lo que obligó a que algunos equipos viajaran en promedio 12.070 kilómetros en un mes.
En cambio, los organizadores de la Copa América de 2019 han optado por realizar en cinco ciudades los 26 partidos del torneo que disputarán 12 selecciones del 14 de junio al 7 de julio. Todas esas ciudades se encuentran en el oriente del país: Río de Janeiro, Sao Paulo, Belo Horizonte, Salvador y Porto Alegre.
Los organizadores consideran que los vuelos más cortos entre las distintas ciudades serán una clave en el éxito de la competición entre los futbolistas y los hinchas.
“No quisimos que los deportistas viajaran más de tres horas entre las ciudades sedes. Quisimos privilegiar la recuperación física y la calidad del juego”,
dijo el director general del comité organizador Thiago Jannuzzi, entrevistado el lunes por The Associated Press mediante correo electrónico.
“Tomamos también en consideración el hecho de que estos estadios elegidos tengan personal que frecuentemente opera en partidos de fútbol u otros eventos, como conciertos”.
El viaje más largo será de 3.000 kilómetros, entre Porto Alegre, ciudad del sur, y Salvador, en el noreste. El vuelo más largo desde Porto Alegre durante el Mundial fue de 4.900 kilómetros, hasta Manaos.
El Maracaná de Río de Janeiro, la Arena Corinthians de Sao Paulo, el Mineirao de Belo Horizonte y el Fonte Nova en Salvador albergaron encuentros del Mundial y serán escenarios de la Copa América.
En cambio, el Morumbí de Sao Paulo, sede del partido inaugural de la Copa América, y la Arena do Gremio en Porto Alegre, no fueron utilizados en 2014. Esta vez fueron elegidos porque se trata de inmuebles modernos que no requerían mayores adaptaciones.