Por su parte, un fuego declarado el miércoles por la tarde en la costa del Sur de California avanzaba por fincas de mansiones multimillonarias y quemó al menos 20 viviendas, según responsables de bomberos. El viento del océano avivó las llamas, aunque empezaba a remitir el miércoles por la noche. No se reportaron heridos, aunque se ordenó la evacuación de varias calles.
El incendio en Laguna Niguel era relativamente pequeño, unas 81 hectáreas (200 acres), pero el viento empujaba las brasas a palmeras, áticos y densos matorrales secos en laderas y estrechos cañones que no habían ardido en décadas, señaló Brian Fennessy, responsable de la Autoridad de Bomberos del condado Orange, en una conferencia de prensa por la noche.
Fennessy dijo que el cambio climático ha convertido incluso focos pequeños que antes habrían sido fáciles de contener en amenazas extremas para la vida y la propiedad en el oeste del país.
Al caer la noche, los responsables de bomberos en Nuevo México dijeron que el fuego que avanzaba más deprisa en el frente este de la cordillera Sangre de Cristo, al sur de las Rocosas, se movía más al noroeste, alejándose del principal núcleo de población de la zona, Taos, un conocido destino turístico 64 kilómetros (40 millas) al sur de la frontera con Colorado.
“En este momento no hay problemas en la zona de Taos”, indicó el jefe de operaciones de bomberos Todd Abel. “Parece que el incendio quiere moverse hacia el norte y un poco al este. Pero seguimos prestando mucha atención”.
Algunas aeronaves pudieron sobrevolar la zona para arrojar retardante de incendios pese a que las ráfagas de viento superaron los 72 kilómetros (45 millas) por hora en algunas zonas. Y se levantaron algunas órdenes de evacuación en el frente sur del incendio cerca de Las Vegas, Nuevo México, más de 80 kilómetros (50 millas) al sur del fuego en el perímetro norte.
Se esperaba que llegaran refuerzos para los más de 1.800 efectivos que combatían las llamas, y los meteorólogos indicaron que las condiciones serían más favorables durante el fin de semana si los bomberos lograban mantener la línea durante otro tramo difícil hasta el jueves por la noche.
El miércoles salían brasas de la zona más activa del incendio al nordeste de Mora, que caían sobre territorio seco y sin quemar y ampliaban la superficie en llamas.
Tras avanzar más de 130 kilómetros cuadrados (50 millas cuadradas) el día anterior, el fuego había calcinado más de 958 kilómetros cuadrados (370 millas cuadradas) para el miércoles por la mañana. Se ordenaron evacuaciones en poblados al sur de la población turística de Angel Fire y al este de Taos, donde también se advirtió a la gente que empacara y estuviera lista para marcharse.
La columna de humo creada por el incendio se veía desde cientos de millas de distancia el miércoles por la tarde, pero era más preocupante para los vecinos de Taos.
“Creo que todo el mundo está un poco en vilo”, dijo el miércoles Karina Armijo, vocera de la localidad. “Es difícil saber lo que va a pasar dentro de una semana o de tres, o incluso mañana”.