Esto sucede mientras un creciente número de padres batallan para alimentar a sus hijos en un territorio en el que casi 70% de los estudiantes de escuelas públicas son pobres.
El Departamento de Educación local ha entregado alimentos a organizaciones sin fines de lucro y un banco de alimentos para que sean distribuidos a los niños, pero activistas, maestros y una junta federal de control dicen que no es suficiente y que la comida no les está llegando a los más necesitados.
Mientras tanto, el gobierno estadounidense tiene unos 290 millones de dólares disponibles para alimentar a niños en las escuelas en Puerto Rico, pero los fondos no han sido tocados luego de más de un mes porque las autoridades de la isla no han presentado un plan detallado sobre cómo los utilizarían.
La isla, un territorio estadounidense con 3,2 millones de habitantes, tiene una tasa de pobreza de más de 40% que está profundizándose con el encierro de casi dos meses para combatir la pandemia, en momentos en que sigue batallando para recuperarse de los estragos causados por el huracán María y una serie de sismos en medio de una recesión que ya lleva 13 años. Es la tasa de pobreza más alta comparada con cualquier estado norteamericano y Vicente dice que ella y su familia están en ese grupo. Dice que los maestros son los únicos que han donado comida para sus dos hijos, pese a que el gobierno dice que los niños están siendo alimentados desde que las cafeterías escolares cerraron a mediados de marzo.
Las autoridades han reportado al menos 86 muertes y más de 1,400 casos confirmados de coronavirus.
Una junta federal que supervisa las finanzas de la isla demandó que las autoridades de educación creen un plan de distribución de alimentos y las criticó por donar comida cruda a organizaciones sin fines de lucro.