Cuba trabaja en el desarrollo de una nueva generación de vacunas contra el COVID-19 al tiempo que continúa el proceso de validación ante la Organización Mundial de la Salud de los antígenos de producción local que se han aplicado en la isla, informó un directivo del sector de la salud.
“La prioridad para nosotros ha sido completar la cantidad de las dosis de vacunas que necesitamos para inmunizar a nuestra población”, dijo el jueves a periodistas Eduardo Martínez, al frente de la estatal BioCubafarma, la empresa productora y comercializadora de medicamentos en la nación caribeña.
Martínez indicó que los laboratorios isleños trabajan con la tecnología que desarrollaron en una nueva generación de vacunas para enfrentar las nuevas variantes del virus que van apareciendo.
“Es verdad que han disminuido los casos, pero no se ha acabado la pandemia”, manifestó el directivo. “Al parecer va a ser necesario cada cierto tiempo administrar vacunas de refuerzo”.
Cuba fue el único país latinoamericano que desarrolló y fabricó sus propios antígenos -Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus- pero aún no ha obtenido una autorización de la OMS con la cual se le abrirían muchas puertas para exportar las vacunas o ingresar al mecanismo COVAX creado por esta organización para la distribución de los inoculantes en países en vías de desarrollo.
Un aval de la OMS es también necesario para el reconocimiento de los viajeros vacunados con estos productos.
Martínez indicó que a la fecha se han producido unas 80 millones de dosis de las tres vacunas, de las cuales unas 70 millones fueron aplicadas tanto a su población como entregadas o vendidas a países aliados de la isla como Venezuela, Nicaragua o Vietnam. Naciones como México dieron su aval a los antígenos cubanos.
El directivo reconoció que la responsabilidad de que este proceso de validación con la OMS haya sido “un poco más lento” fue de la parte isleña. Según indicó, ante la necesidad de contar con las vacunas de manera prioritaria se usaron para su producción instalaciones normalmente dispuestas para otros medicamentos. Ahora ya se concluyó una planta en la zona de Mariel -a unos 50 kilómetros de La Habana-, lo que obligó a los funcionarios a rehacer el expediente ante la OMS, que es muy estricta sobre las plantas de producción.
“Pero no ha existido ninguna dificultad con la OMS”, agregó Martínez. “Ayer hubo una reunión con el equipo de la OMS que está encargado de la vacuna Abdala y se sigue preparando el expediente de Soberana 02 y Soberana Plus para entrar en ese proceso”.
El pedido formal para Abdala que desarrolló el Centro de Inmunología Genética y Biotecnología se realizó el mes de marzo. Las Soberanas son un producto del Instituto Finlay.
Cuba reportó estas semanas una disminución de los contagios de COVID-19 con promedios diarios de 300 casos y una baja también en los decesos.
Desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020 en la isla se han reportado 1,1 millones de casos y 8.522 fallecidos.