La XXIX Cumbre Iberoamericana comienza en Ecuador empañada por la ausencia de sus principales líderes, que deja en evidencia la profunda división política en la región y cierto desinterés por el multilateralismo.
Solo fue confirmado un puñado de jefes de Estado y de Gobierno de los 22 convocados a la cita en la ciudad colonial de Cuenca (sur), que acogerá el foro hasta el viernes.
El rey de España, Felipe VI, y el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ya llegaron la capital de la provincia de Azuay.
La Cancillería ecuatoriana informó que el mandatario de Paraguay, Santiago Peña, canceló a última hora su viaje. Según la prensa paraguaya, que cita a un portavoz, el presidente tomó la decisión debido al “escenario político y social inestable”.
Bajo el lema “Innovación, inclusión y sostenibilidad”, esta reunión es una prueba para el anfitrión, el mandatario ecuatoriano Daniel Noboa, cuyo país acoge por primera vez esta cita agobiado por una crisis energética derivada de una sequía histórica y la violencia criminal y del narcotráfico.
“No creo que vaya a haber más de ocho presidentes o jefes de Estado, lo cual demuestra que hay un desinterés total y una confrontación que hace que no vean utilidad en encontrarse en Cuenca”, consideró el excanciller ecuatoriano Francisco Carrión (2005-2007).
Ausencias Presidenciales
Una de las grandes ausentes es la presidenta mexicana, la izquierdista Claudia Sheinbaum, cuyo país rompió relaciones diplomáticas y demandó a Ecuador luego del asalto en abril a su embajada en Quito para capturar al asilado exvicepresidente Jorge Glas.
Está en duda la asistencia del mandatario colombiano, el también izquierdista Gustavo Petro, quien había confirmado su asistencia pero recientemente canceló su participación a la COP29 sobre cambio climático en Azerbaiyán por las fuertes inundaciones que afronta su nación.
También está en duda la participación del mandatario argentino Javier Milei, sobre el que la prensa de su país asegura que viajará esta semana a Estados Unidos para intentar reunirse con el presidente electo, Donald Trump.
Precisamente la reunión iberoamericana de este año se prevé marcada por el regreso del magnate republicano a la Casa Blanca y sus amenazas de deportaciones masivas e imposición de aranceles a países de la región.
También por la cuestionada reelección del presidente venezolano Nicolás Maduro, la migración y los estragos del cambio climático en Iberoamérica, especialmente tras las inundaciones catastróficas en España.
Noboa, que se define de centro-izquierda pero es apoyado por fuerzas de derecha, liderará los debates a pocos meses de las presidenciales de febrero en las que es favorito para conseguir la reelección