La mayoría de esas armas tenía como destino final a Brasil, aunque gran parte del Operativo Patagonia Express fue en Argentina, dijo Anthony Salisbury, agente de investigaciones del Departamento de Seguridad Interna en Miami.
“La comunidad policial internacional está mandando un fuerte mensaje de que no hay lugar en el mundo en que no vayamos a combatir las actividades ilegales juntos”, expresó el funcionario refiriéndose a las tareas conjuntas realizadas por los tres países.
La revelación tuvo lugar en una conferencia de prensa realizada en las oficinas del Departamento de Seguridad Interna en Miami, un día después que las autoridades argentinas anunciaron el operativo de confiscación de armas y explosivos “más grande de la historia” del país.
Como parte del Operativo fueron arrestadas al menos 25 personas, dos de ellas en el sur de la Florida. Se ejecutaron además 53 órdenes de allanamientos en los tres países y se confiscaron 5.482 armas de fuego, partes de armas y explosivos, dijo Salisbury.
No se reveló cuántas armas habían llegado a Brasil, ni qué a qué ciudades.
El Operativo fue realizado de manera conjunta por funcionarios de Estados Unidos, Argentina y Brasil. Las investigaciones se iniciaron en Miami en 2018, después de que el servicio de aduanas de tuvo sospechas en algunas cajas que se enviaban a Argentina y pidió al Departamento de Seguridad Interna que interviniera.
Las armas y partes de armas, que en muchos casos no llevaban número de serie para evitar su identificación, eran transportadas en cajas del correo estadounidense.
Dos de los arrestos fueron realizados en Miami. John Peterson, de 60 años, y Brunella Zuppone, de 67, fueron acusados de tráfico ilegal de armas, dijo el fiscal federal Tony Gonzalez, pero no reveló sus nacionalidades.
En la conferencia de prensa estuvieron también Matthew Albence, subdirector de la Policía de Aduanas e Inmigración, conocida como ICE por su nombre en inglés; Martín Myslicki, comandante de la Gendarmería Nacional de Argentina; y José Veras, de la policía Federal de Brasil.
Entre las armas confiscadas en Florida había 52 fusiles de asalto AR-15. En Argentina, fueron confiscadas 189 armas largas, 156 pistolas, una granada, un mortero, cinco vehículos, municiones y 110.000 dólares en efectivo, dijo la fiscalía estadounidense.
Salisbury explicó que las armas eran desarmadas para poder pasar la frontera y luego eran vendidas a organizaciones criminales de Brasil y Argentina y ensambladas nuevamente al llegar a su destino.
En Argentina, para poder avanzar con la investigación, un juez autorizó que las piezas traficadas fueran reemplazadas por otras falsas, permitiendo así la detención de algunos de los responsables, dijo Myslicki.
La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, dijo el jueves desde Argentina que el arsenal de guerra secuestrado tenía un valor de unos 250 millones de dólares.
De acuerdo con las autoridades argentinas, el armamento era ensamblado allí a partir de piezas provenientes de Europa y Estados Unidos y luego era enviado a Brasil vía Paraguay.