Aunque con alcance limitado, y sujetas a restricciones de distanciamiento social, las reaperturas marcaron un hito en el debate que se vive en Estados Unidos — y el mundo — sobre qué tan rápido los líderes políticos deben levantar las órdenes de cuarentena que han afectado a la economía.
Situaciones similares se han estado desarrollando a nivel mundial y pronto proliferarán en Estados Unidos mientras otros gobernadores decidan sobre prioridades encontradas. Sus economías se han visto afectadas tras semanas de pérdidas de empleos y una gran cantidad de solicitudes de apoyo por desempleo a causa de las cuarentas. Sin embargo, funcionarios de salud advierten que levantar las órdenes de quedarse en casa podría provocar un resurgimiento del COVID-19.
Más de 190,000 personas han muerto de coronavirus a nivel mundial, incluidas — hasta el viernes — más de 50,000 en Estados Unidos, según un conteo de cifras oficiales compilado por la Universidad Johns Hopkins. Se cree que el número real es mucho más elevado.
Los casos nuevos aumentan en África y Latinoamérica mientras los brotes disminuyen en algunos lugares que fueron golpeados antes.
En Oklahoma, el gobernador republicano Kevin Stitt autorizó que abrieran negocios de cuidado personal, con base en una disminución en el número de personas hospitalizadas por COVID-19. Esos negocios recibieron la instrucción de mantener el distanciamiento social, requerir uso de mascarillas y desinfectar equipo frecuentemente.
Aun así, algunas de las ciudades más afectadas en el estado, incluidas Norman, Oklahoma City y Tulsa, optaban por mantener sus prohibiciones hasta por lo menos el final de abril.
Debido a que el número de muertes e infecciones todavía sigue en aumento en Georgia, muchos propietarios de negocios planean permanecer cerrados a pesar de la garantía del gobernador Kemp de que las visitas a hospitales y casos nuevos se han estabilizado lo suficiente para que peluqueros, tatuadores, masajistas y entrenadores personales vuelvan al trabajo, aunque con algunas restricciones.
El plan de Kemp, un republicano, de reanudar las actividades económicas resultó demasiado ambicioso incluso para el presidente Donald Trump, quien expresó no estar de acuerdo con su colega republicano.
Trump firmó el viernes un proyecto de ley que proporcionará 484,000 millones de dólares en ayuda a los empleadores y hospitales que resienten el peso de la pandemia. En las últimas cinco semanas, aproximadamente 26 millones de personas han solicitado apoyo por desempleo, o 1 de cada 6 trabajadores en Estados Unidos.