Amnistía Internacional acusó el jueves al gobierno militar de Myanmar de emplear cada vez más armas de combate contra manifestantes pacíficos y de cometer asesinatos sistemáticos y deliberados.
Myanmar registra protestas y otros actos de desobediencia civil desde el golpe militar del 1 de febrero que derrocó al gobierno electo de Aung San Suu Kyi cuando se disponía a iniciar su segundo mandato. El alzamiento revirtió años de lentos avances hacia la democracia en un país que pasó cinco décadas gobernada por una junta militar.
El Ejército “está empleado tácticas y armas cada vez más letales propias del campo de batalla contra manifestantes pacíficos y viandantes en todo el país”, afirmó Amnistía Internacional en su reporte.
“Al verificar más de 50 videos de la represión en curso, el Laboratorio de Evidencia de Crisis de Amnistía Internacional puede confirmar que las fuerzas de seguridad parecen estar implementando estrategias planificadas y sistemáticas, incluyendo el aumento del uso de la fuerza letal. Muchos de los asesinatos documentados equivalen a ejecuciones extrajudiciales”, añadió el informe.
Las fuerzas de seguridad emplearon munición real contra los manifestantes, causando la muerte de al menos 60 personas.
Hubo nuevos reportes no confirmados de más decesos el miércoles y el jueves, cuando la policía trató de disolver protestas contra el golpe en ciudades y pueblos en todo el país con gases lacrimógenos y otras armas.
Mientras continúan las protestas generalizadas contra la toma de poder, la junta se enfrenta un nuevo desafío de las guerrillas étnicas del país, que hasta hace poco se habían limitado a denunciar verbalmente el golpe de Estado.
Reportes desde Kachin, el estado más al norte del país, apuntaron que la guerrilla de la minoría étnica kachin atacó una base del gobierno el jueves, y que fue atacada después. El brazo armado del movimiento político de la región es el Ejército de Independencia de Kachin (KIA, por sus siglas en inglés).
Los reportes no pudieron ser verificados de forma independiente, y tanto las guerrillas como el gobierno suelen compartir información exagerada.
Los incidentes en Kachin se producen días después de que otra guerrilla perteneciente a la minoría Karen anunció que protegería a los manifestantes en el territorio que controla. La Unión Nacional Karen movilizó a combatientes armados para custodiar una marcha en la región suroriental de Tanintharyi.
Myanmar tiene más de una docena de guerrillas de este tipo, en su mayoría en zonas fronterizas, un legado de décadas de lucha contra el gobierno central por una mayor autonomía. Muchas tienen acuerdos, formales o informales, de alto el fuego con el gobierno, pero sigue habiendo choques.
Se ha especulado con que algunos grupos étnicos podría formar una alianza de facto con el movimiento de protesta para presionar al gobierno.
Por otra parte, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidió el miércoles de forma unánime la revocación del golpe militar y condenó enérgicamente la violencia contra los manifestantes pacíficos. El consejo pidió también al Ejército “máxima moderación”.
Una declaración presidencial, aprobada por los 15 miembros del organismo, fue adoptada formalmente en una reunión virtual. El documento, elaborado por Gran Bretaña, pide la liberación inmediata a de los líderes del país, incluyendo Suu Kyi y el presidente, Win Myint, que están detenidos desde la sublevación. Además, respalda la transición democrática en el país y “subraya la necesidad de defender las instituciones democráticas”.
Por AP.