Los médicos mejoraron que el pontífice interrumpiera sus actividades programadas, que concluyeron un encuentro del gabinete de cardenales asesores que se reúnen cada tres meses en el Vaticano, precisó el Vaticano en un comunicado.
El viernes pasado, Francisco debió despejar su agenda para hacerse controles médicos, cuyos resultados no han sido publicados. El papa, de 85 años, dijo que tiene lesionados los ligamentos de la rodilla derecha, lo que hizo que caminar, pararse y levantarse de la silla fuera cada vez más difícil y doloroso.
Francisco ha tenido desde hace mucho tiempo una cojera pronunciada debido al dolor del nervio ciático, pero el dolor de rodilla lo agravó. Ha tenido que retirarse de la celebración de varios eventos litúrgicos recientes, como la Vigilia Pascual y una misa el domingo pasado. Ahora camina con frecuencia arrastrando los pies y con el auxilio de un ayudante.
El pontífice tiene un cronograma de viajes repleto para lo que resta del año, incluidos un viaje en junio a Líbano, otros en julio a Congo, Sudán del Sur y Canadá y en septiembre Kazajistán.