El petróleo estadounidense mantenía el martes su caída libre en el mercado global, donde el barril se situó por debajo de los 11 dólares, después de que un importante fondo cotizado en bolsa comenzó a vender sus contratos a corto plazo.
El barril de WTI, la referencia estadounidense, para entrega en junio cayó un 14,8% en la apertura del mercado asiático, a 10,88 dólares por barril, un día después de caer un 25%.
En tanto, el barril de Brent, la referencia europea, cae un 4,4% para negociarse a 19,10 dólares por barril.
“El precio del petróleo (estadounidense) sigue bajando debido a las preocupaciones sobre el almacenamiento y la demanda, pero también como resultado de los movimientos especulativos”, explica Al Stanton, analista de RBC.
“Los precios, que ya se habían desplomado el lunes, continuaron durante la sesión asiática después de que (el fondo estadounidense) USO indicara que se deshacía de sus contratos de junio, es decir alrededor del 20% de sus haberes”, confirma Neil Wilson de Markets.com.
Los precios internacionales del crudo se derrumbaron en las últimas semanas debido a la dramática caída en la demanda a raíz del confinamiento de personas y restricciones de viaje impuestas en todo el mundo para combatir la pandemia del nuevo coronavirus.
La semana pasada, el petróleo estadounidense cayó por debajo de cero por primera vez cuando los inversores se apresuraron a descargarlo antes de la expiración de un contrato comercial, pero no pudieron encontrar compradores fácilmente.
Los precios se han recuperado desde entonces, pero permanecen en sus niveles más bajos en muchos años.
Las continuas preocupaciones sobre el almacenamiento eclipsaron las señales de que algunos países, incluidos Kuwait y Argelia, comenzaron a reducir la producción en línea con un importante acuerdo alcanzado este mes.
Esta última caída es una reacción a la decisión del grupo United States Oil Fund de vender todas sus posiciones en contratos de WTI para entrega en junio.
Al invertir en contratos de más largo plazo, el gesto terminó por profundizar las presiones sobre los contratos de junio, apuntaron analistas.
La medida pone de manifiesto las continuadas preocupaciones sobre la saturación de la capacidad de almacenamiento, que deja a los compradores ante la dificultad de hallar espacio para acumular las reservas.