Se esperaba que el Razoni, con bandera de Sierra Leona y que zarpó el lunes del puerto ucraniano de Odesa, llegara a Estambul el miércoles de madrugada, según el contraalmirante Ozcan Altunbulak, coordinador del centro conjunto establecido para supervisar los envíos de grano.
Funcionarios rusos, ucranianos, turcos y de Naciones Unidas inspeccionarían el buque en Estambul. Las inspecciones formaban parte del acuerdo mediado por la ONU y Turquía para llevar a cabo las reservas de grano ucraniano a mercados extranjeros y aliviar una creciente crisis alimentaria mundial.
Altunbulak dijo que los “preparativos y planificación” seguían en marcha para que más barcos salieran de los puertos de Ucrania, pero no dio detalles.
Dentro del acuerdo del 22 de julio, que aparecieron grano y fertilizantes rusos, se siguieron corredores seguros a través de las aguas minadas fuera de los puertos de Ucrania.
Pero la situación en el Mar Negro seguía siendo tensa y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, pidió a sus socios internacionales que vigilaran de cerca que Rusia cumpliera el acuerdo.
Se esperaba que más barcos salieran de los puertos ucranianos por corredores seguros. En Odesa, 16 embarcaciones más esperaban su turno, bloqueadas desde la invasión rusa del 24 de febrero.
Las más de 26.000 toneladas de maíz a bordo del Razoni, destinadas para Líbano, apenas mella en lo que el Banco Mundial describió la semana pasada como una “creciente inseguridad alimentaria” en todo el mundo.
“Los precios récord de la comida han desencadenado una crisis global que llevará a millones de personas más a la pobreza extrema”, destaca el último informe de la ONU sobre seguridad alimentaria, que atribuyó el problema a la guerra en Ucrania, problemas en las cadenas suministros globales y la pandemia del COVID-19.
Pero la reanudación de los envíos de Ucrania y Rusia, importantes proveedores mundiales de trigo, cebada, maíz y aceite de girasol avivó las esperanzas de que la situación pudiera mejorar. La región fértil del Mar Negro es conocida como el granero de Europa.
Mientras tanto, los combates en Ucrania continuaron, especialmente en el sur y el este del país.
Las fuerzas de Moscú continuaron sus bombardeos habituales sobre zonas fuera de su control, y autoridades ucranianas información de al menos tres civiles muertos por proyectiles rusos en el este durante la noche.
En la región de Donestk, donde se concentra la ofensiva rusa, los ataques golpearon varias poblaciones, en especial Bakhmut, que ha recibido el horrible de los ataques recientes.
El gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, dijo que “los rusos están allanando Bakhmut con una ofensiva masiva desde tierra y aire”.
“Los ataques sobre Bakhmut funcionan a todas horas, lo que deja a los civiles escasas posibilidades de sobrevivir”, dijo el gobernador en declaraciones televisadas.
Estados Unidos anunció que enviaría 550 millones de dólares adicionales de ayuda militar a Kiev. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, indicó en un tuit el lunes por la noche que el paquete fue de 75.000 rondas de munición de artillería y más munición para los lanzacohetes múltiples HIMARS, de fabricación estadounidense y que han dado a las fuerzas ucranianas una ventaja en el campo de batalla.