El presidente de Turquía considera que para su país es “imposible” dejar de comprar petróleo y gas natural a Irán. Recep Tayyip Erdogan asegura que Ankara no tiene intención de observar las sanciones impuestas por EE.UU. al sector energético de Irán y no tiene miedo de que estas sanciones se extienden a sus intercambios comerciales con Teherán, dijo en declaraciones a los periodistas que lo acompañaron en el vuelo de regreso desde Nueva York, donde intervino en la Asamblea General de la ONU.
Según recoge la emisora turca NTV, Erdogan admitió que el volumen de comercio con Irán, que llegó a alcanzar el nivel de 30.000 millones de dólares anuales, “ha caído de manera dramática” últimamente.
“En nuestras relaciones estratégicas con Iránsatisfacemos una parte significativa de nuestra conocida necesidad de petróleo y gas natural”, explicó el mandatario. “Turquía es un país consumidor en este sentido y también es un país de tránsito”. Irán ocupa la segunda línea entre los suministradores de estas materias primas después de Rusia, recordó.
A continuación Erdogan sostuvo que las sanciones “no fueron una solución” en el caso iraní y que “no debería existir un mundo en el que los fuertes tienen la razón”. Añadió que cuando escuchó el discurso de Donald Trump, entendió que su mensaje era: “Soy fuerte, por lo tanto tengo razón”. El presidente turco dice que él preferiría “conocer, comprender y vivir en un mundo en el que lo correcto diera fuerza”.
Las sanciones estadounidenses a Irán han ido en aumento desde el año pasado, cuando el presidente Trump retiró a EE.UU. del acuerdo nuclear firmado por Irán con el Sexteto de mediadores internacionales y restauró todas las sanciones previas al pacto. Dentro de una “campaña de máxima presión” la Casa Blanca aboga por la reducción a cero de todas las exportaciones iraníes de petróleo.