La crisis sanitaria por el coronavirus y sus consecuencias ha derivado en una paranoia global por mantener todo higienizado. Y es que como ha afirmado la Organización Mundial de la Salud, “no se sabe con certeza cuánto tiempo” puede llegar a sobrevivir este patógeno fuera de nuestro cuerpo, ya que depende de las condiciones de humedad del ambiente, temperatura o del tipo de superficie. Y por lo mismo, la mayoría prefiere prevenir a través del aseo personal, la limpieza del hogar y la desinfección de los productos adquiridos en el comercio.
Para la mayoría de la gente que cumple de manera responsable con el confinamiento, el único contacto con el exterior son los viajes al supermercado, tiendas de comestibles y farmacias. Para esas personas, los expertos consultados por The New York Times coinciden en que no es necesario cambiarse de ropa o ducharse cuando regresan a casa. Sin embargo, siempre es necesario lavarse las manos.
Si bien es cierto que un estornudo o tos de una persona infectada puede extender gotas virales y partículas más pequeñas a través del aire, la mayoría de ellas caerán al suelo. Los estudios muestran que las pequeñas partículas virales pueden flotar en el aire durante aproximadamente media hora, pero no pululan como mosquitos y es poco probable que choquen con la ropa de otra persona, recoge El Confidencial.
“Es poco probable que una gota que sea lo suficientemente pequeña como para flotar en el aire por un tiempo se deposite en la ropa debido a la aerodinámica”, explica Linsey Marr, una científica especializada en aerosoles de Virginia Tech. “Las gotas son lo suficientemente pequeñas como para moverse en el aire alrededor de tu cuerpo y ropa”, añade.
“A medida que nos movemos, empujamos el aire hacia afuera de nuestro camino, y la mayoría de las gotas y partículas también son empujadas. Alguien tendría que expulsar gotas grandes durante una conversación para que aterrizaran en nuestra ropa. Las gotas tienen que ser lo suficientemente grandes como para que no sigan las líneas de corriente”, explica.
Por ello, si alguien está haciendo la compras y otra persona le estornuda encima, probablemente deba ir a casa, cambiarse y ducharse. Pero el resto del tiempo, nuestro cuerpo de movimiento lento está alejando el aire y las partículas virales de la ropa, como resultado de la física simple.
Por todas las razones descritas anteriormente, no deberíamos preocuparnos por la contaminación viral en el cabello o barba si estamos practicando el distanciamiento social. Incluso si alguien estornudara en la parte posterior de nuestra cabeza, cualquier gota que cayera sobre el cabello sería una fuente poco probable de infección.
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