Muchos jóvenes son víctimas de conductas sexuales inapropiadas y de explotación en todo el mundo. Estas son generalizadas y afectan a todas las naciones y estratos sociales.
Los niños y adolescentes son el sector con mayor vulneración ante la violencia. El refugio de la niñez revela las cifras alarmantes reportadas en 2024.
Los niños y niñas víctimas de violencia enfrentan graves consecuencias en su desarrollo físico, emocional y psicológico. Entre los efectos más comunes se encuentran el bajo rendimiento escolar, problemas de autoestima, depresión, ansiedad y, en casos extremos, suicidio.
Además, muchos menores que crecen en entornos violentos tienen mayor probabilidad de reproducir conductas agresivas en su vida adulta, perpetuando el ciclo de violencia intergeneracional.
Según estadísticas, entre los meses de enero a diciembre del 2024 se reportaron un total de 5 mil 675 menores evaluaciones por delitos sexuales, de los cuales el 90 por ciento corresponden a niñas y adolescentes y un 10 por ciento a niños y jovencitos.
El informe también detalla que evaluaron 2 mil 023 casos compatibles con maltrato, que representó un 59 por ciento a niñas y adolescentes mujeres y un 41 por ciento a niños y adolescentes hombres.
Los menores víctimas y supervivientes de estos delitos pueden sufrir efectos nocivos de larga duración en su salud física, mental y sexual, así como en su desarrollo. Estos traumas en los niños pueden incluso equivaler a tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Muchas víctimas y supervivientes nunca revelan los hechos ni recurren a la justicia, la rehabilitación o el apoyo debido a la vergüenza. Para muchas víctimas y supervivientes, el maltrato infantil que han sufrido afecta a su salud física y mental y a su bienestar, y a veces tiene consecuencias para toda la vida.
Las estadísticas revelan que la mayoría de rescates han sido en los departamentos de Guatemala, Escuintla, Quetzaltenango, Chimaltenango y San Marco, y que las edades oscilan entre 6 y 13 años.