Un estudio de la entidad internacional World Vision indica que el cambio climático está elevando el ritmo de la migración irregular en el mundo y Guatemala no escapa a esa realidad.
Marvin Rabanales, gerente de temas de migración de esa entidad explicó que en el territorio nacional, esta situación se puede centrar en el tema agrícola pues en el país, el 32 por ciento de la fuerza laboral depende de la agricultura.
Las cifras muestran que el 85,4 % de los guatemaltecos en las comunidades migran para mejorar sus condiciones de vida, pues el 75.4 % no tienen oportunidades de trabajo.
El 35.2 % carecen de tierras para cultivar por lo cual la inseguridad alimentaria es evidente en el Corredor Seco de Guatemala.
“Esto también es un factor que hoy día está promoviendo que muchos se desplacen a áreas más seguras, a territorios altos donde no haya inundación, acceso a trabajar o también fuera del territorio nacional.
Entonces hoy queremos advertir que los fenómenos naturales como las tormentas tropicales, las depresiones, Eta e Iota; el fenómeno de la niña con mucha agua, el niño con poca agua, generan efectos en las condiciones materiales de subsistencia particularmente en Guatemala en las áreas que han sido identificadas de riesgo y ese es un factor que también está contribuyendo a que las personas tomen la decisión de desarraigarse y migrar”, dijo Marvin Rabanales, representante de World Vision.
Proyecciones a largo plazo
De acuerdo con el informe, hacia el 2050, más de 216 millones de personas podrían convertirse en migrantes internos climáticos a nivel mundial.
Por lo cual se indica que es importante continuar con programas de agua y saneamiento, atender el problema alimentario y de seguridad alimentaria para evitar que se incremente la migración irregular.
Así mismo señala que el desplazamiento climático cada año se hace más evidente en Centro América, y es que cientos de miles de personas migran o se desplazan forzosamente como consecuencia de factores como la violencia, la pobreza, la desigualdad, el hambre y la inseguridad alimentaria, la inestabilidad y la persecución política; y ahora por los impactos de los desastres naturales como inundaciones, deslaves, sequías, sismos y huracanes, que están afectando regiones de agricultura de subsitencia.