El expresidente de Bolivia, Evo Morales afirmó este lunes que durante el supuesto ataque armado que sufrió el domingo en el Trópico de Cochabamba, su bastión político y sindical, ni él ni ninguno de sus acompañantes estaba armado, cuando el domingo aseguró haber disparado a la llanta de un vehículo que lo perseguía.
Hizo la publicación después de que el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, lo acusara de disparar con un arma de fuego a varios policías y de herir a uno cuando realizaban un control rutinario antidrogas de vehículos en la carretera.
Al parecer, según el ministro, el vehículo en el que se movilizaba Morales también arrolló a un policía, quien presentó una fractura de tibia y peroné.
El domingo el expresidente contó en su programa radial de la emisora Kawsachun Coca lo que había ocurrido minutos antes, mientras se transportaba en un vehículo por la carretera en el Trópico de Cochabamba.
En medio de su relato en detalle, admitió que disparó contra un segundo vehículo que supuestamente lo perseguía.
“El segundo carro que nos perseguía también cruzó, nos siguió y nos alcanzó, (escuché) otros disparos. Yo he disparado a la llanta del carro que estaba ahí y rápidamente cambiamos de carro y ahí salimos”, reveló el exgobernante.
Morales denunció que el presidente Luis Arce y los ministros de Interior, Del Castillo, y de Defensa, Edmundo Novillo, elaboraron un plan para quitarle la vida.
Por su parte, el ministro Novillo negó que haya existido un plan para matarlo y afirmó que los agentes antidrogas llegaron a la Novena División del Ejército para poder ingresar a sus predios y ser evacuados en helicópteros ya que había un agente herido, un hecho que para él fue “de emergencia” y no un plan para atentar contra el exmandatario.
Todo esto pasa en medio de un bloqueo de carreteras que cumplen los seguidores de Morales hace 15 días en el centro del país en defensa del expresidente ante una posible orden de captura por una investigación de trata de personas y estupro que involucra la presunta violación de una menor.
Morales y Arce están distanciados desde finales de 2021 por una pugna por el control del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) y el Ejecutivo boliviano.