Cuando Paul Manafort, ex jefe de campaña de Donald Trump, sea sentenciado por fraude fiscal y bancario, es muy probable que el juez federal T.S. Ellis III le dé el mismo sermón que les da a narcotraficantes y ladrones de bancos.
“Usted escribe las páginas de su propia historia”, suele decir Ellis a los convictos antes de pronunciar sentencia. También les dice que “la vida es una serie de decisiones y vivir con las consecuencias de esas decisiones”.
Las decisiones de Manafort le dejan con la posibilidad muy real de que se pasará el resto de su vida en prisión.
Bajo las directrices federales de sentencias, Manafort pudiera recibir hasta 20 años de prisión el jueves, aunque la mayoría de los observadores prevén que reciba menos.
El año pasado, un jurado en la corte federal en Alexandria, Virginia, declaró culpable a Manafort de ocho delitos graves relacionados con fraude fiscal y bancario por ocultar ingresos por su trabajo en Ucrania y más adelante inflar sus ingresos en solicitudes de préstamos. Los fiscales dijeron entonces que el trabajo en Ucrania fue a nombre de estrechos aliados políticos de Rusia, aunque Manafort insiste en que su trabajo ayudó a esos políticos a alejarse de Rusia y aliarse con Occidente.
Tras ser declarado culpable en esa causa, Manafort se declaró culpable de otros cargos en la corte federal de Washington relacionados con cabildeo ilegal. En esa causa, la fiscalía dijo que Manafort no ha cumplido con los términos de su acuerdo al proveer información falsa a los investigadores.
En el caso en Virginia, ni la fiscalía ni la defensa han hecho recomendaciones específicas de sentencia. Los abogados de Manafort buscan una sentencia significativamente menor a las que recomiendan las directrices, basados en una serie de factores.