La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) confirmó esta semana que la pandemia de COVID-19 causó un fuerte aumento de la inseguridad alimentaria moderada o grave en América Latina y el Caribe.
Situación que influirá en indicadores como la caída del Producto Interno Bruto (PIB) y retroceso en temas de pobreza y pobreza extrema, que afectarán hasta 20 años.
Durante la reunión se estableció que la cifra de afectados incrementó en 44 millones que se agregan a las 205.3 millones que había en 2019 en esa situación.
Aumentar la resiliencia
Máximo Torero, Subdirector General responsable del Departamento de Desarrollo Económico y Social de la FAO dijo que es necesario aumentar la resiliencia del Sistema Agroalimentario Regional.
Esto significa aumentar la inversión en sistemas de alerta temprana; enfoque a la salud, así como aumentar los sistemas de protección social y redirigir los subsidios.
Dichas declaraciones y conclusiones surgieron durante la Reunión Hemisférica de Ministros de Agricultura de las Américas realizada el pasado 15 de abril con la participación de 31 países.
La reunión permitió compartir los avances de políticas, planes y acciones de contención ante los efectos del COVID-19 en las Américas, además de iniciativas para la recuperación con transformación de los sistemas agroalimentarios.
En este sentido una de las conclusiones es la relacionada con que los Sistemas Agroalimentarios deben estar al centro de la recuperación de la pandemia.
El Director General del IICA, Manuel Otero, celebró que durante la reunión se hablara de sistemas agroalimentarios. “El prefijo agro es clave: con él se reconoce que, sin producción agrícola, no hay materias primas que luego se transformen en alimentos y, por lo tanto, sería una utopía lograr la seguridad alimentaria”.
“Los sistemas agroalimentarios –agregó Otero- ya están en un proceso de cambio irreversible, que deberá seguir evolucionando a través de una alianza sinérgica con el medio ambiente. Estamos ante una gran oportunidad de desarrollar sistemas más maduros, con respeto irrestricto por el ambiente y el énfasis puesto en la calidad nutricional”.
Elogio a las acciones para evitar la crisis alimentaria
El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), QU Dongyu, elogió la contribución de la región para evitar que la crisis de salud del COVID-19 se convirtiera en una crisis alimentaria: “Ahora deben ser los arquitectos de la recuperación, una recuperación con transformación”.
Según QU, esta transformación requerirá innovación y digitalización, una mayor productividad agrícola y un sistema agroalimentario sostenible que garantice dietas seguras y saludables, además, señaló que se requerirán inversiones públicas y privadas para crear sistemas agroalimentarios con menor huella de carbono, que protejan y conserven el medioambiente y la biodiversidad, impulsando una mayor equidad para los pequeños agricultores, pueblos indígenas, mujeres y jóvenes rurales”.
Impacto de la pandemia
El impacto de la pandemia se ha sentido más fuerte en América Latina y el Caribe que en casi cualquier otro lugar del mundo: la región ha sufrido el 27,8% de las muertes a nivel global por COVID19.
Durante la reunión, Máximo Torero, explicó que la región verá una caída del PIB de 7,7%, un retroceso de 20 años en sus niveles de pobreza extrema, y un retroceso de 12 años en la pobreza.
“La mayor caída económica del mundo producto del COVID19 se verá en América Latina y el Caribe. 2,7 millones de empresas han cerrado. La región podría tardar una década en volver al nivel pre-pandemia”, dijo Torero.