La desconfianza de los demócratas en Donald Trump es tal que un proyecto de ley de ayuda humanitaria para mejorar las condiciones en que son detenidos los migrantes que cruzan la frontera ilegalmente –una iniciativa que apoya todo el mundo– sacó a la luz profundas divisiones en el partido.
El proyecto representó un duro revés para la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, que tuvo que aceptar una versión más diluida de lo que ella quería. Y generó numerosos roces en otras áreas.
Enfrentó a los demócratas de la cámara baja con los del Senado y puso en evidencia la discordia entre el creciente sector progresista del partido y el centro.
Los enfrentamientos entre la izquierda y el centro podrían complicar las perspectivas demócratas en otros proyectos importantes como la cobertura médica, el cambio climático y la asignación de fondos para las fuerzas armadas y programas domésticos.
“No es bueno para la unidad” del partido, dijo la representante demócrata Pramila Jayapal, del sector progresista.
Si bien ambas cámaras aprobaron la legislación con amplios márgenes, los demócratas del Senado lo hicieron en forma abrumadora, con solo seis senadores que votaron en contra. Dijeron que sacaron adelante el mejor proyecto posible en una cámara controlada por los republicanos.
La votación final fue de 84-8. Previamente había sido aprobada por 30-1 por la Comisión de Asignaciones Presupuestarias, un margen inusitadamente grande.
En la Cámara de Representantes, en cambio, la votación fue de 305-102, y entre los demócratas de 129-95. Muchos de los que la apoyaron lo hicieron a regañadientes, por más de que el grueso de los 4.600 millones de dólares aprobados eran para menores alojados en instalaciones atestadas y sórdidas. Los demócratas acusaron a sus colegas del Senado de ceder demasiado y la propia Pelosi, siempre mesurada, no pudo evitar las críticas.
“No vamos a caer en el mismo comportamiento irrespetuoso del Senado al ignorar las prioridades de la cámara baja”, declaró. “Para conseguir recursos para los niños lo más rápidamente posible, vamos a someter a votación el proyecto del Senado”.
Los demócratas de la Cámara de Representantes estaban convulsionados y los moderados dijeron que la izquierda vivía en un mundo de ilusiones si pensaba que podía obligar a los republicanos a modificar el proyecto.
Para el representante Raúl Grijalva, de izquierda, “nuestros esfuerzos por producir un proyecto mucho más humano que el actual fueron tirados por la borda” por los demócratas moderados.
La izquierda quería incluir medidas que hubieran impedido a Trump transferir dinero para reforzar el control de la frontera con México o para comprar más camas, de modo que se pueda detener más migrantes. También querían fijar condiciones más rígidas para la atención de los migrantes detenidos y que a los legisladores les resultase más fácil visitar las instalaciones.
Pero los moderados que tienen por delante elecciones reñidas, temerosos de ser acusados de demorar innecesariamente la ayuda y complicar las cosas, decidieron no apoyar esas iniciativas.
Con información de AP