El G20 dio su aval a una propuesta del G7 para suspender el servicio de la deuda de más de 70 países pobres por un año, para contribuir a liberar fondos para la lucha contra el coronavirus, una decisión que beneficia a Honduras, Haití y Nicaragua, entre otros.
El G20 señaló este miércoles que el acuerdo fue “aprobado por el Club de París” de grandes acreedores. “Todos los acreedores oficiales bilaterales participarán de esta iniciativa”, añadió el G20, que exhortó a los acreedores privados a unirse.
Tenemos un compromiso claro, por intermedio de las organizaciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial. Esta suspensión es un anuncio realmente importante que significa que los países pobres no deben preocuparse por sus vencimientos durante los 12 meses venideros, declaró en rueda de prensa virtual el ministro saudita de Finanzas, Mohammed al Jadan, luego de una reunión también virtual del G20 de naciones industrializadas y emergentes.
Según el ministro, esta iniciativa aportaría una liquidez inmediata de cerca de 20 mil millones de dólares que los países pueden usar para sus sistemas de salud y para apoyar a las personas afectadas por el COVID-19.
Los términos del acuerdo establecen que la suspensión durará hasta finales del 2020 y que los acreedores considerarán una prórroga según los resultados de un informe sobre las necesidades de los países elegibles para este beneficio por el FMI y el BM.
El acuerdo implica suspender tanto el pago de capital como el de los intereses.
La lista de países está compuesta principalmente por decenas países africanos, pero también incluye Domínica, San Vincent, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua y Santa Lucia, y a naciones en guerra como Afganistán y Yemen.
En un comunicado conjunto el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial calificaron la iniciativa como un “acción rápida” y “poderosa” para salvaguardar vidas y preservar los medios de subsistencia de millones de personas vulnerables.
Según las previsiones del FMI publicadas el martes los países en desarrollo y emergentes sufrirán una contracción económica de 1%, Latinoamérica un 5,2% y África Subsahariana una retracción de 1,6%.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, agradeció a los saudis por su liderazgo en el G20 (Arabia Saudita ocupa la presidencia rotativa de ese grupo) y sus “notables esfuerzos para proteger a las personas y a la economía”.
El presidente del Banco Mundial, David Malpass, saludó el gesto y llamó a los acreedores comerciales a actuar de la misma forma.
Se esperaría que los acreedores comerciales dieran un tratamiento comparable. A su vez, los países beneficiarios se comprometerían a usar los recursos adicionales para responder al COVID-19, indicó Malpass.
La jefa del FMI dijo que este año la institución multilateral dobló su disponibilidad anual de financiamiento de emergencia y sostuvo que más de 100 países ya han solicitado ayuda. En diez casos el desembolso ya fue aprobado por el directorio.
Georgieva remarcó que más esfuerzos van a ser necesarios.
Como ya saben proyectamos una profunda recesión en 2020 y una recuperación parcial en 2021, indicó.
Alemania también celebró este paso como “un gesto de solidaridad internacional de dimensiones históricas”.
Eric LeCompte, director de la coalición de organizaciones de lucha contra la pobreza Jubilee USA, indicó que lo que es una novedad y es “emocionante” de los comentarios de Georgieva y de Malpass es que están llamando a todos los tipos de acreedores a generar un acuerdo conjunto para aliviar la deuda de los países más pobres.
El martes, las potencias industriales del G7 se mostraron partidarias de una suspensión temporal del pago de la deuda de las naciones más pobres del mundo en un plan supeditado al acuerdo del G20, para apoyar en la lucha contra el coronavirus.
Estamos determinados a no escatimar ningún esfuerzo para proteger vidas humanas, resumió Al Jadan.
Con información de VOA Noticias