El sueño de llegar a la Luna para muchos suena imposible, o que un guatemalteco realice aportes para la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, NASA. Sin embargo, con perseverancia, fe y dedicación, lo difícil se convierte en realidad.
En 2025 la bandera de Guatemala llegará a la Estación Espacial Internacional (EEI), gracias a una joven guatemalteca llamada Geraldinn Cortez, que se capacitó como astronauta análoga en el Hábitat HAdEES-C, durante la Misión Análoga Valquiria, y participó en el International Air And Space Program de AEXA, donde recibió una semana de entrenamiento de astronauta en el US Space and Rocket Center de la NASA, y fue ganadora de dicho programa por lo que en la actualidad ella junto a otros siete mexicanos, realizan un prototipo que será enviado al espacio a finales de año.

El experimento consiste en probar un bio-coating o recubrimiento biológico, creado con bacterias extremófilas en microcápsulas de hidrogel que, al activarse, liberan oxígeno temporalmente, oxígeno que sería utilizado por los astronautas. A medida que los nutrientes se agotan, el recubrimiento se seca y forma una barrera resistente contra la abrasión del polvo lunar.
“Trabajamos una sustancia se podrá colocar en la superficie, de cualquier instrumento que se quiera usar en el espacio, y que pueda proteger, contra la radiación, y que las bacterias extramofilas, generen en su ciclo corte de vida, pueden generar origen que recordemos es un recurso limitado en el espacio”.
Geraldinn Cortez, guatemalteca investigadora en Ciencias Espaciales explicó:
“Nuestro proyecto será enviado a finales del 2025, para ser probado en el espacio y ser sometidas a todas las condiciones del espacio, y al volver se pueda hacer los ajuste se pueda hacer un producto funcional”.
Geraldinn, además, logró la fusión perfecta de sus dos grandes pasiones, la agronomía y las ciencias espaciales, a través de la agricultura espacial, y también desarrolla una investigación para lograr sembrar el frijol guatemalteco en Marte, un producto que caracteriza a los guatemaltecos y tiene importancia económica, social y cultural.
Sobre la investigación
La investigación se concreta con siete semillas de Latinoamérica, que podrían ser producidas en un ambiente extraterrestre y serían consumidas por los astronautas en su visita al espacio. Ya se han realizado pruebas de sembrado en un sustrato simulado. La semilla estuvo expuesta a luz azul constante, y micro gravedad, se evaluó su porcentaje de germinación y crecimiento para brotes comestibles.
“Cultivar frijol en el suelo lunar sería un desafío muy grande, hay que tomar en cuenta muchas limitantes, como la toxicidad del mismo, la falta de nutrientes esenciales, como el agua, y tomar la diferencia de la gravedad, creo que estamos empezando en las investigaciones”.

“Podría ser una visión a largo plazo que podamos cultivar en suelos extraterrestres, con la tecnología adecuada y con las adaptaciones necesarias y controladas vamos a poder cultivar en la Luna, y sería increíble que una especie guatemalteca como el frijol que se cultive en el espacio y vamos a intentar en el espacio”.
Geraldinn está consciente que el camino por recorrer es largo, pero está convencida que con fe y el apoyo de su familia todos sus objetivos se lograrán, y su aporte en las ciencias espaciales.