Los castigos corporales o físicos son actos cometidos en contra de niñas, niños y adolescentes en los que se usa la fuerza física como golpes con la mano u otro objeto, empujones, pellizcos, mordidas, jalones de cabello u orejas, quemaduras, obligarles a mantener posturas incómodas o cualquier otro acto que tenga como objeto causar dolor o malestar, aunque sea leve.
En los últimos meses se han registrados casos de maltrato infantil asociado métodos de crianza, lo que ha provocado que los menores resulten lastimados y sean resguardados por las autoridades.
Dora Alicia Muñoz, Oficial de Protección de la Niñez del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), dio a conocer que durante el año 2023 se reportaron más de 22 mil casos de Violencia contra la niñez, de los cuales 14 mil corresponde a maltrato físico o maltrato psicológico y 6 mil a violencia sexual.
Añadió que se ha naturalizado poder corregir o disciplinar a los niños con violencia física. Agregó que existe la crianza positiva que tiene efectos buenos a largo plazo para el menor, en el desarrollo físico, emocional, cognitivo.
De acuerdo con estudios, los golpes y otras formas de violencia pueden perjudicar el desarrollo infantil. Las afectaciones al cerebro, sobre todo en edades tempranas, pueden ser permanentes y propiciar dificultades tanto para procesar las emociones, como para tomar decisiones de manera racional, entre otras.
¿El castigo corporal es legal en el hogar?
El artículo 13 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia de 2003 otorga a los padres derechos y obligaciones para “guiar, educar y corregir al niño o adolescente usando medios prudentes de disciplina que no violen su dignidad e integridad”.