Con el 80% de los votos escrutados, Marcos Jr. contaba con 25,9 millones, muy por delante de su rival más cercano, la actual vicepresidenta Leni Robredo, una defensora de los derechos humanos, que contaba con 12,3 millones.
El ganador de las elecciones asumirá el cargo el 30 de junio para un único mandato de seis años como líder de una nación del sudeste asiático duramente golpeado por dos años de pandemia de COVID-19 y confinamientos.
Entre los problemas más difíciles se encuentran la pobreza extrema y el desempleo, y las insurgencias musulmanas y comunistas que llevan décadas. También es probable que el próximo presidente escuche demandas para enjuiciar al presidente destacado, Rodrigo Duterte, por las millas de asesinatos ocurridos durante su campaña antidrogas, muertes que ya está investigando la Corte Penal Internacional.
La hija de Duterte, la alcaldesa de la ciudad sureña de Davao, Sara Duterte, es la compañera de fórmula para la vicepresidencia de Marcos Jr. en una alianza de los hijos de dos líderes autoritarios que preocupa a los grupos de derechos humanos. La alianza ha combinado el poder de voto de sus bastiones políticos del norte y del sur, lo que aumenta sus posibilidades, pero agrava las sospechas de los persistentes.
Sara Duterte también tuvo una formidable ventaja con 25,8 millones de votos para la vicepresidencia en el recuento no oficial de la Comisión Electoral. Aquí el presidente y el vicepresidente se eligen por separado.
“La historia puede repetirse si ganan”, dijo Myles Sánchez, un trabajador de derechos humanos de 42 años. “Podría repetirse la ley marcial y las matanzas por drogas que ocurrieron con sus padres”.
En una declaración en vídeo realizada a última hora de la noche, Marcos Jr. no se proclamó vencedor, pero agradeció sus deseos que le acompañaran en “este viaje, a veces muy difícil”, y les instó a no bajar la guardia hasta que se complete el recuento de votos.