Este viernes 28 de junio se cumplen diez años del golpe de Estado en Honduras que derrocó del poder al expresidente Manuel Zelaya y se esperan manifestaciones en diversos puntos del país centroamericano, mientras la ciudadanía atraviesa una dura crisis política, económica y social.
Desde la oposición al actual Gobierno de Juan Orlando Hernández, el partido Libre —coordinado por Zelaya— convocó a un encuentro a las 10 (hora local) en la plaza de los mártires Isy Obed Murillo —llamada así por un joven de 19 años asesinado durante el alzamiento—, ubicada en el Aeropuerto Internacional Toncontín de Tegucigalpa, la capital de aquella nación. Más tarde, a las 16, está estipulada una marcha denominada ‘Movilización 28 J’, que partirá desde los Puentes de la Guadalupe y finalizará en el Parque Central de la misma ciudad.
https://www.facebook.com/cofadehonduras/photos/a.655127681264720/2144638698980270/?type=3
En el marco de las actividades, Zelaya presentó este jueves su libro, ‘El golpe 28 J’, donde relata su derrocamiento.
Despliegue policial y advertencia de la ONU
La Policía Nacional dispondrá de al menos 17.500 efectivos en todo el país. A su vez, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA) comunicó que desde las 8 hasta las 12 permanecerán cerrados todos los accesos al Aeropuerto Internacional Toncontín. No obstante, minutos más tarde aclaró que los uniformados harán todo lo posible para garantizar los vuelos ya programados.
Además, en las redes sociales de los organismos de seguridad se difunden imágenes de operativos policiales donde se despejan carreteras bloqueadas por manifestantes.
Por su parte, el secretario de Seguridad, Julián Pacheco Tinoco, expresó: “No vamos a tolerar a quienes convierten las manifestaciones pacíficas en actos vandálicos”.
Con este panorama, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU le pidió este jueves al Gobierno hondureño “que facilite el ejercicio del derecho a la libertad de opinión, expresión y de reunión pacífica”, de cara a las manifestaciones del viernes.
- Algunas consecuencias del golpe
Según la Cofadeh, durante el golpe hondureño del 2009 se produjeron 136 ejecuciones, 14 asesinatos selectivos y 13 desapariciones forzadas.
En el 2010 se restableció el sistema democrático, aunque se detectaron irregularidades en los comicios del 2017, cuando ganó Hernández. A los pocos días, la Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó hacer una nueva votación, pero finalmente Washington reconoció al actual mandatario, quien se mantiene en el cargo desde entonces. La oposición todavía afirma que hubo fraude electoral.
Contexto de protestas
Honduras es el país más pobre de Latinoamérica: según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 65,7 % de sus ciudadanos estaba en esa situación de precariedad en 2016, sobre una población total de 9 millones de personas. Sumado a la crisis política, en las últimas semanas el Ejecutivo impulsó dos decretos que planteaban cambios en las áreas de salud y educación. Desde las agrupaciones sociales se rechazaron las modificaciones por considerar que tenían como trasfondo la presunta intención de privatizar ambos sectores, de vital importancia para la población.
Finalmente, el Gobierno debió dar marcha atrás con su propuesta, pero las manifestaciones continuaron para pedir directamente la salida del mandatario. Además de médicos, docentes y alumnos, se sumaron a las protestas otros colectivos, como asociaciones de taxistas, transportistas de carga y ciudadanos sin afiliación gremial ni partidaria. En ese marco, el secretario de Educación, Arnaldo Bueso, afirmó el jueves que aquellos estudiantes que participen de las movilizaciones podrían perder su año lectivo.
Asimismo, cientos de oficiales de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales (DNFE) ya se declararon en huelgapara no reprimir a los manifestantes, y hay clima de tensión entre los efectivos. También se registraron tiroteos entre algunos policías, sin víctimas fatales.