La Junta Monetaria en su ultima sesión realizó un análisis integral de la coyuntura económica externa e interna, para evaluar el Balance de Riesgos de Inflación, por lo que decidió, mantener en 2.75% el nivel de la tasa de interés líder de política monetaria.
La tasa líder de interés es un instrumento que tiene el Banco de Guatemala para controlar la inflación. Este proceso, que consta en vigilar los procesos económicos provocados por el desequilibrio entre la producción y demanda, conocido como inflación, causa una subida continua en los precios de la mayor parte de los productos o servicios. En general, lo que trae es una pérdida del valor del dinero para poder hacer uso de estos.
Por esta razón, la Junta Monetaria, en el entorno externo, consideró “que las proyecciones de crecimiento económico a nivel mundial, tanto para el presente año como para el siguiente, reflejan una moderación en el ritmo de actividad económica en la mayoría de las economías avanzadas y en algunas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo”. Adicionalmente, indicó que “los pronósticos del precio medio del petróleo para 2019 y para 2020, continúan evidenciando una tendencia moderadamente creciente”.
La Junta Monetaria del Banco de Guatemala, en el ámbito interno, destacó que el comportamiento de varios indicadores de corto plazo de la actividad económica como en: índice Mensual de la Actividad Económica, las remesas familiares, las importaciones, la ejecución del gasto público, los agregados monetarios y el crédito bancario al sector privado; siguen mostrando un comportamiento dinámico congruente con el rango de crecimiento económico estimado para el presente año (entre 3.0% y 3.8%).
Los pronósticos y expectativas de inflación continúan ubicándose dentro del margen de tolerancia de la meta establecida (4.0% +/- 1 punto porcentual), tanto para 2019 como para 2020″, dijeron los economistas.
La Junta Monetaria manifestó que continuará dando seguimiento cercano a la evolución de los principales indicadores económicos, tanto externos como internos, que puedan afectar el nivel general de precios y, por ende, las expectativas de inflación.