En atención a una denuncia recibida por parte de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) se coordinó con la Procuraduría General de la Nación (PGN) el rescate de niños.
Dos hermanitos de 2 y 6 años aproximadamente se encontraban solos, sin la presencia de un adulto, encerrados bajo llave solos en su vivienda ubicada en el barrio El Michalito, en el municipio de Morales, Izabal.
A la llegada de uniformados y representantes de PGN se constató que ambos niños permanecían dentro del inmueble, en donde también se pudo constatar que ambos eran maltratados físicamente por aparentes castigos corporales por parte de sus padres.
Autoridades se encuentran a la búsqueda de los progenitores de ambos niños, mientras son trasladados hacía un albergue temporal, en donde serán evaluados por un médico y otros especialistas.
Se incrementan casos de violencia contra la niñez
Durante los últimos días se han registrado varios casos de abuso físico y psicológico en contra de menores de edad por parte de sus familiares, especialmente de sus padres.
El pasado viernes 23 de abril, también se llevó a cabo el rescate de 6 niños, entre ellos un bebé de 8 meses de edad, quienes sufrían maltrato y fueron trasladados hacía un hogar temporal, mientras se resuelve su situación y las autoridades buscan familia extendida de los mismos, para conocer si es posible que se hagan cargo de ellos.
¿Porqué los padres maltratan a sus hijos?
Una de las primeras explicaciones sobre el fenómeno intentaba atribuir el maltrato infantil a graves alteraciones psicológicas en padres y madres. Aunque no todos los casos corresponden a esta problemática. Psicólogos aseguran que el mal manejo del estrés y la frustración también orilla a muchos padres a encaminarse por vías erróneas, por lo que también es importante atender esta problemática de raíz.
Agregan que con la situación de la pandemia, es probable que muchos padres de familia y encargados estén atravesando por crisis económicas entre otras, por lo que terminan afectando de forma consciente o inconsciente a sus hijos, exponiéndolos a agresiones físicas o psicológicas.
Agregan que el entorno sociocultural y familiar todavía maneja y sustenta ideas como que los hijos le pertenecen a los padres y por ello pueden decidir sobre su destino o trato.
Finalmente concluyen en que resulta importante destacar que los niños no constituyen grupos de presión social específicos, lo que permite la existencia de conductas de abuso por parte de los adultos, sin que exista una sanción social efectiva. A eso se suma patrones dañinos de conducta que se han arrastrado y que se malinterpretan en el manejo de la corrección y adecuada educación para su desarrollo físico y psicológico.
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