Cuando aún impera la penumbra en la madrugada del Viernes Santo, sale de La Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, en el Centro Histórico de la capital guatemalteca, la procesión de Jesús Nazareno de la Merced y la Santísima Virgen de Dolores.
Este año, el cortejo inició a las 2:55, y a las 3:00 en punto de la madrugada, el nazareno mercedario atravesó la puerta del histórico templo, de fachada neoclásica pero interior barroco.
La ornamentación de las andas evoca motivos góticos inspirados en la Catedral de Norte Dame y presenta ocho musas con símbolos iconográficos propios de la devoción a Jesús de la Merced y a nuestro país, Guatemala.
El “Patrón Jurado de la ciudad” viste una hermosa túnica confeccionada con tela brocada de origen ruso.
Histórica tradición
La tradición oral refiere que en la época colonial, una monja de nacionalidad francesa pedía fervorosamente a Dios que le diera la oportunidad de conocer cómo había sido físicamente Jesucristo durante su ministerio en la tierra, y en una ocasión durante un sueño, se le revela que sí quería recibir ese favor debía conocer al Nazareno de la orden Mercedarias de la ciudad de Santiago de los Caballeros, hoy Antigua.
La procesión se extenderá durante doce horas para volver a su templo pasado el mediodía día del Viernes Santo, cuando los cucuruchos cambiarán su vestimenta de color morado por túnicas de negro riguroso para acompañar los cortejos procesionales del Santo Entierro, los más grandes, majestuosos y solemnes de la Semana Santa guatemalteca.
De ahí proviene la arraigada leyenda que describe a Jesús de la Merced como la imagen más parecida a Cristo.