Si la Corte Suprema de Estados Unidos sigue adelante con la anulación del histórico fallo Roe vs. Wade de 1973 que legalizó el aborto en todo el país, la nación se dividiría inmediatamente en estados con acceso al aborto y otros que lo prohibirían.
Algunos estados ya se están preparando para la posibilidad de que el máximo tribunal pudiera debilitar o anular el fallo, pero un anteproyecto filtrado pareció acelerar ese proceso el martes, poniendo al país en camino hacia un panorama aún más confuso del derecho al aborto, incluso antes de que el tribunal emita su fallo.
Casi inmediatamente después de que el medio periodístico estadounidense Político revelara el contenido del borrador el lunes por la noche, los republicanos —que durante décadas han alentado una campaña para acabar con el derecho al aborto— aplaudieron la posibilidad, mientras que los demócratas prometieron luchar contra la posible revocación de un derecho constitucional que ha existido durante casi medio siglo.
En California, los demócratas —que ejercen el control de la Legislatura estatal— y la oficina del gobernador emitieron una declaración conjunta el lunes por la noche, anunciando que buscarían enmendar la Constitución del estado para consagrar el derecho al aborto.
“California no se quedará de brazos cruzados mientras se despoja de sus derechos a las mujeres de todo Estados Unidos y se borra el avance por el que tantas han luchado”, afirmaron los demócratas de California. “Sabemos que no podemos confiar en la Corte Suprema para proteger los derechos reproductivos, por lo que California construirá un cortafuegos alrededor de este derecho en nuestra constitución estatal. Las mujeres permanecerán protegidas aquí”.
Se espera que aproximadamente la mitad de los estados de Estados Unidos prohíban el aborto si cae el fallo Roe vs. Wade, según el grupo de expertos sobre derechos al aborto Guttmacher Institute. Veintidós estados, principalmente en el sur y el centro-norte, ya tienen vigentes prohibiciones totales o casi totales. Aparte de Texas, todas están bloqueadas actualmente en los tribunales debido al fallo federal Roe vs. Wade.
Trece estados tienen las llamadas leyes de activación, que prohibirían el aborto inmediatamente si se anula el fallo federal y presumiblemente entrarían en vigor si la mayoría de la Corte Suprema vota a favor del borrador a fines de junio o principios de julio.
Uno es Arkansas, donde el gobernador republicano Asa Hutchinson respaldó el borrador de opinión, calificando la filtración de “reprobable” y pidiendo una investigación. La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, dijo que la filtración fue un intento “escandaloso” de manipular a la Corte y pidió orar para que los jueces “se mantengan firmes”. En Texas, el secretario de Justicia estatal Ken Paxton dijo que continuaría “orando por el fin del acceso al aborto en toda nuestra nación”.
Mississippi también prohibiría automáticamente el aborto y la propietaria de la única clínica de abortos del estado dijo que cerraría si se adopta el proyecto federal de opinión. “Pones a cuatro personas en la cancha que dijeron que van a anular la Roe, por eso los pusieron. Cuando haces eso, no sé de qué te sorprendes cuando eso va a suceder”, afirmó Diane Derzis.
Algunos estados todavía tienen vigentes prohibiciones previas a la Roe vs. Wade, entre ellos Michigan, donde la gobernadora demócrata Gretchen Whitmer interpuso una demanda para eliminarla y se comprometió en Twitter el lunes a “luchar como el demonio para asegurarnos de que el aborto siga siendo seguro, legal y accesible”.
Las encuestas muestran que relativamente pocos estadounidenses quieren que la Roe vs. Wade sea anulada. En 2020, AP VoteCast encontró que el 69% de los votantes en las elecciones presidenciales dijeron que la Corte Suprema debería dejar la decisión de Roe v. Wade como está; solamente el 29% dijo que el tribunal debería revocar la decisión. En general, la encuesta AP-NORC encuentra que la mayoría de la ciudadanía está a favor de que el aborto sea legal en la mayoría o en todos los casos.
Al señalar que el aborto sigue siendo legal en este momento, la presidenta y directora ejecutiva de Planned Parenthood Federation of America, Alexis McGill Johnson, dijo que el borrador es “terrible y sin precedentes”. Los defensores del aborto han dicho que la carga de perder el acceso al aborto recaerá más sobre las mujeres de bajos ingresos y las personas no blancas.
“Prohibir los abortos no detiene los abortos”, tuiteó la representante demócrata de Kansas Christina Haswood, una de los tres legisladores de los pueblos originarios allí. “Los pobres y nosotros, los de color, sufriremos. Estoy furiosa”.
En 2019, la Corte Suprema de Kansas declaró que la Constitución estatal protege el derecho al aborto, pero los legisladores republicanos colocaron en la boleta de las primarias electorales de agosto una iniciativa para anularlo.
Ocho estados liderados por el Partido Republicano ya aprobaron nuevas restricciones este año, esperando un cambio de la mayoría conservadora en el tribunal superior. Arizona y Florida prohibieron el procedimiento después de 15 semanas, sin excepciones por violación o incesto. Otros, como Oklahoma, fueron más allá y convirtieron en delito grave a partir de este verano realizar un aborto, con la única excepción de la vida de la madre.
Idaho siguió a Texas y permitió que las personas entablaran demandas por abortos, incluidos los posibles familiares del embrión.
“Décadas de oración constante y esfuerzos legislativos inquebrantables para proteger las vidas de los no nacidos finalmente están a las puertas del éxito”, afirmó el martes el presidente de la Cámara de Representantes de Oklahoma, Charles McCall, un republicano. “La revocación aparentemente inminente de la Roe vs. Wade justifica la larga batalla de los republicanos de la Cámara de Representantes de Oklahoma y los aliados provida en todo el país para devolver este asunto a los representantes debidamente elegidos de las legislaturas estatales para que decidan”.
Mientras tanto, 16 estados y el Distrito de Columbia han protegido el acceso al aborto en la ley estatal, y ocho estados se movilizaron para expandir o fortalecer esas protecciones este año.
Por su parte, estados como Washington y Connecticut han protegido de demandas a los proveedores de servicios de aborto en sus estados.
Los líderes demócratas en la cámara estatal de Connecticut, que durante el fin de semana enviaron una iniciativa de ley al gobernador de ese estado que protegería a los proveedores de servicios de aborto, dijeron el lunes por la noche en un comunicado conjunto que temían una decisión propuesta como la del proyecto de opinión y “ahora esta pesadilla parece ser demasiado real”.
“Es probable que Estados Unidos se dirija por un camino oscuro en el que los estados individuales adoptarán estatutos contradictorios que conducirán a divisiones adicionales en una nación ya dividida”, dijeron el presidente pro tempore del Senado, Martin Looney, y el líder de la mayoría del Senado, Bob Duff.
La gobernadora demócrata de Nueva York, Kathy Hochul, dijo que su estado “daría la bienvenida con los brazos abiertos” a quienes necesiten acceder a un aborto.
En Hawai, la senadora estatal Roz Baker, que es demócrata, cuestionó qué más podría aportar el fallo, si se aprueba.
“¿A continuación van a regresar y perseguir a la comunidad LGBTQ?” se preguntó. “¿Van a ir tras los inmigrantes? ¿Van a perseguir a alguna de las poblaciones vulnerables?”, añadió.
En algunos casos, las leyes de aborto también pueden dividir a los estados.
Tennessee, liderado por el Partido Republicano, también tiene una ley de activación que prohíbe el aborto si se anula la Roe vs. Wade, pero el fiscal de distrito de Nashville tuiteó el lunes que no procesaría a ningún médico que realizara un aborto.