El parte neuromusculoesquelético, es la más afectada por las malas posturas, y la quiropraxia puede ayudar a la prevención de este tipo de trastornos.
La quiropraxia trata de restituir a su posición normal las vértebras desplazadas y de este modo tratar las enfermedades que las mismas pueden producir. El terapeuta explora con los dedos la columna vertebral para identificar el lugar donde se ha producido el choque nervioso.
Se requieren varias sesiones para eliminar completamente la presión sobre el nervio, como consecuencia, las tensiones existentes en los tejidos adyacentes, restableciendo el flujo normal de energía.
La quiropraxia produce unos resultados que son muy útiles y efectivos para aliviar las dolencias por desplazamiento de la articulación, pudiendo ser un alivio de los síntomas, un aumento en el rendimiento o una sensación general de bienestar.
El resultado real del ajuste quiropráctico, sin embargo, es que las funciones nerviosas funcionen al 100 por ciento. El resultado final tras la quiropraxia es un organismo más sano y una vida más plena de adentro hacia afuera.