“Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia”, dijo la monarca en un comunicado oficial.
Nadie quedó indiferente ante las explosivas declaraciones dadas por los duques de Sussex en la entrevista que concedieron a Oprah Winfrey, donde acusan a la familia real de racismo y de no auxiliar a la actriz cuando necesitó ayuda.
En la conversación con la presentadora estadounidense y que fue transmitida por la cadena CBS, Meghan confesó que tuvo pensamientos suicidas y pensó en quitarse la vida: “Ya no quería vivir más”.
“Ya no quería seguir viva, y ese era un muy real, claro, aterrador, pensamiento constante”, dijo la duquesa asegurando que suplicó por ayuda pero en la familia real no quisieron hacer nada porque “no sería bueno para la institución”.
“Nunca hicieron nada, así que tuvimos que encontrar una solución”, declaró la actriz, haciendo referencia al alejamiento de ambos de la monarquía.
Además, afirmó que cuando estaba embarazada de su hijo Archie supo que la Casa Real “no quería que tuviera el título príncipe” ni que “se le proporcionase seguridad”. Incluso le llegaron a preguntar a Harry sobre el color de piel que tendría su hijo Archie.
Tras las explosivas declaraciones de la pareja, la reina Isabell II rompió el silencio y afirmó que toda la familia real “se entristece al conocer los desafíos que han sido los últimos años para Enrique y Meghan”.
La monarca de 94 años se mostró preocupada y se refirió a las acusaciones de racismo. “Las cuestiones planteadas, especialmente las referentes a la raza, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, son tomados muy en serio y la familia los abordará en privado”, dijo en un comunicado oficial.
“Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia”, finaliza el comunicado de la monarca.
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