Con 3,9 millones de infecciones en el país hasta el miércoles y subiendo, este congestionamiento está causándoles problemas a los trabajadores que tienen que permanecer en casa mientras aguardan sus resultados, a los asilos que pasan apuros para mantener al virus fuera de sus instalaciones, y a los mismos laboratorios, que enfrentan una pesada carga de trabajo.
Algunos laboratorios están tardando semanas en entregar los resultados de las pruebas de COVID-19, exacerbando los temores de que las personas asintomáticas puedan estar propagando el virus si no se ponen en cuarentena mientras esperan.
Mientras tanto, el número de personas en el mundo que se confirmó están contagiadas rebasó el miércoles los 15 millones, según cifras compiladas por la Universidad Johns Hopkins. Estados Unidos es primero a nivel global en casos y fallecimientos, estos últimos más de 142 mil a nivel nacional.
En las directrices emitidas por los CDC se recomienda que los estados que levanten las restricciones que habían impuesto por el virus obliguen a entregar los resultados de las pruebas antes de cuatro días. Recientemente la agencia emitió otras recomendaciones para no realizarles nuevos exámenes a la mayoría de los pacientes que tuvieron Covid-19 con el fin de confirmar su recuperación.
“Eso está obstruyendo el sistema”, dijo el subsecretario de Salud, almirante Brett Giroir, a la prensa la semana pasada.
Además de los perjuicios económicos que los retrasos en la entrega de los resultados puedan causar, también representan riesgos importantes para la salud.
En Florida, donde el estado confirmó el miércoles 9 mil 785 casos nuevos y la cifra de muertes subió a casi 5 mil 500, se ha ordenado a los asilos que efectúen pruebas a todos los empleados cada dos semanas. Sin embargo, hay quienes cuestionan ese punto debido a las grandes demoras en la entrega de los resultados.
La entrega de los resultados dos o tres días después es casi inservible, según muchos expertos de salud, porque para entonces básicamente ha concluido el periodo para rastrear a las personas con las que el infectado tuvo contacto a fin de impedir más contagios.
La doctora Leana Wen, profesora de salud pública en la Universidad George Washington, dijo que es razonable pedirle a las personas que aguardan los resultados de sus pruebas que se aíslen durante 24 horas, pero los retrasos han sido inaceptables.
“Imagínense, ¿ustedes le dicen a un padre con hijos chicos que se confine durante 10 días o más sin saber si tiene realmente COVID? Es ridículo. En realidad es absurdo”, declaró Wen.
Con información de AP Noticias