Este martes, varias naciones latinoamericanas volvieron a las Naciones Unidas para debatir el mismo problema, sólo que ahora lo describen como “de proporciones dantescas”.
Perú, Ecuador y Colombia, entre otros, se reunieron con figuras como Federica Mogherini, la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, para pedir más ayuda financiera y cooperación y poder lidiar así con la llegada de más de cuatro millones de venezolanos que han abandonado Venezuela debido a falta de oportunidades y han llegado a estos países vecinos.
“El reto, por supuesto, es grande, pero necesitamos una acción también contundente por parte de la comunidad internacional”, dijo el presidente colombiano Iván Duque. “Se necesita un llamado mucho más activo a que la comunidad internacional apoye con recursos, no a nuestros estados, sino a las personas que están sufriendo los estragos de la dictadura”.
Los cancilleres presentes, como el peruano Néstor Popolizio, destacaron que la comunidad internacional aún no es consciente de “la gran magnitud” de la migración venezolana y aseguraron que se trata de la peor crisis migratoria que haya visto América Latina en su historia reciente.
Colombia tiene 1,4 millones de migrantes venezolanos, dijo Duque, quien calificó eso como un desafío fiscal y social, aunque aseguró que “es nuestro deber moral” atenderlos. Perú tiene unos 900.000 venezolanos, dijo Popolizio.
Durante la reunión, ningún representante europeo, estadounidense o de entidades como el Banco Mundial, fijó nuevas cifras de ayuda, pero todos hablaron de la necesidad de ofrecer recursos tanto a Venezuela como a países receptores de venezolanos y de levantar la voz para que otras naciones también ayuden.
“Tenemos la responsabilidad de mostrarles a ustedes que no están solos en esto y que la comunidad internacional también está de su lado”, dijo Mogherini, quien señaló que la Unión Europea ha movilizado casi 150 millones de euros dentro y fuera de Venezuela, y que un 40% de las metas de financiamiento se han destinado a lidiar con las consecuencias de la crisis venezolana.
A pesar de ser un país rico en petróleo, Venezuela enfrenta una crisis humanitaria que ha provocado una fuerte escasez de alimentos y medicinas.
“Quiero levantar la voz para que todos entendamos que ante semejante destrucción los que estamos hoy aquí presentes tenemos que ser quienes lideremos la reconstrucción y el regreso a la libertad”, dijo Duque.
El martes, Gran Bretaña anunció que donará 30 millones de libras a organizaciones de ayuda venezolanas. El país ya había anunciado otros 14,5 millones de libras con anterioridad lo que lleva una cifra total de 44,5 millones de libras.
“Latinoamérica por muchos años guardó silencio frente a la senda de deterioro y destrucción que se estaba incubando en Venezuela. Hoy esa indiferencia ha terminado. Y nos toca pasar a la acción decidida, a la acción determinada y a las soluciones concretas,” indicó Duque.