En la actualidad existe la moda entre algunos jóvenes, sobre todo mujeres, de afirmar que practican la brujería, que implica el uso de cristales con fines curativos o espirituales e incluso lanzar hechizos con la esperanza de que se cumplan sus deseos.
El National Catholic Register recordó el caso particular de Gala Darling, una escritora que se identifica como bruja, que organizó un supuesto “ritual público” virtual para lanzar hechizos sobre Donald Trump, que admitió eran para “hacerle daño”, y afirmó que 120 mil personas participaron.
Además, dio un taller sobre magia, poder femenino y sexualidad para The Wing, un grupo que se autodenomina “un aquelarre con 650 miembros femeninos políticamente progresistas”. Este tipo de noticias revelan que autodenominarse “bruja” es una moda de nuestro tiempo.
Un sacerdote, que sirvió como exorcista por siete años, explicó que la idea de lanzar hechizos es una seducción del diablo que usa para atraer a las personas a él, y que “invocar un poder que no es de Dios y establecer una relación con ese poder” es inútil y solo trae consecuencias negativas para quien lo realiza.
“Si pides un favor, estos ‘espíritus’ no querrán ayudarte a largo plazo. Si crees que lo hacen, te estás engañando a ti mismo”, afirmó.
Además advirtió que “una vez que estos poderes demoníacos están en una relación contigo, tienes que pasar por un gran nivel de batalla espiritual para ser libre. No te van a dejar ir”.