Los militares que dieron un golpe de Estado en Níger nombraron este viernes a un general como nuevo líder al mando del país, cuyo presidente, Mohamed Bazoum, lleva tres días secuestrado.
El general Abdourahamane Tchiani anunció en la televisión estatal que fue nombrado “presidente del Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria”, la junta militar que derrocó al presidente Bazoum.
Este oficial, que dirige desde 2011 la guardia presidencial, justificó el golpe afirmando que en el país hay una “degradación de la situación de seguridad” por la violencia de grupos yihadistas.
“El enfoque actual en materia de seguridad no ha permitido asegurar el país, a pesar de los grandes sacrificios del pueblo nigerino y del apoyo apreciable y apreciado de nuestros socios exteriores”, aseguró el militar.
Poco después de su intervención, la junta advirtió en un comunicado en contra de “cualquier intervención militar extranjera”.
Retenido
El mandatario derrocado está retenido desde la mañana del miércoles en la zona residencial del palacio presidencial, cercado por miembros de su escolta.
Bazoum permanece secuestrado junto a su familia y pudo comunicarse con otros jefes de Estado.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, condenó este viernes el golpe de Estado y exigió la liberación de Bazoum.
La Unión Europea (UE) condenó firmemente el golpe de Estado en Níger y amenazó este viernes con suspender la ayuda financiera al país.
El ejército de Níger expresó el jueves su apoyo a los militares golpistas que mantienen retenido a Bazoum.
Acusan a Francia
Los militares acusaron a Francia, que tiene 1 mil 500 soldados desplegados en Níger, de haber infringido el cierre de fronteras decretado al hacer aterrizar un avión militar en el aeropuerto internacional de la capital, Niamey.
La Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO) exigió “la liberación inmediata” de Bazoum y afirmó que el mandatario “sigue siendo el presidente legítimo y legal del Níger reconocido” por esta organización.
Después de los golpes de Estado en Malí y Burkina Faso, Níger era uno de los últimos aliados de las potencias occidentales en la región del Sahel, una zona asolada por grupos yihadistas como Estado Islámico y Al Qaida.
Los gobiernos militares de Malí y Burkina Faso se han acercado a Rusia tras exigir la salida de su territorio de los soldados franceses.
Convocan una nueva manifestación en Niamey
Los militares anunciaron “la suspensión hasta nueva orden de las actividades de los partidos políticos” y llamaron a la población a la “calma” tras los incidentes al margen de una manifestación en apoyo a los golpistas el jueves.
Durante esta marcha, los asistentes ondearon banderas rusas y entonaron consignas contra Francia.
En paralelo, un grupo de jóvenes se dirigió a la sede del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS, la formación de gobierno), a pocos kilómetros de la manifestación, e incendiaron coches.
Este viernes había prevista otra manifestación, pero fue prohibida.
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Los militares golpistas anunciaron el miércoles que derrocaron a Bazoum, quien estaba en el poder desde 2021.
La junta militar suspendió las instituciones, cerró las fronteras terrestres y aéreas e instauró el toque de queda nocturno en todo el territorio.
El golpe fue condenado por la ONU y por países occidentales cercanos a Níger, incluyendo Estados Unidos.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, informó que habló con Bazoum y que le expresó “claramente que Estados Unidos lo apoya firmemente”.
La oenegé Human Rights Watch señaló que los derechos humanos están “amenazados” tras el golpe, aunque la junta afirmara el viernes su “voluntad” de respetarlos.
Níger, una antigua colonia francesa, tiene una historia marcada por sucesivos golpes de Estado desde su independencia en 1960.