La era de las redes sociales ha traído consigo la fiebre por selfies o autorretratos con el celular, una tendencia aparentemente inofensiva que en los últimos años ha cobrado un preocupante saldo de vidas. En la búsqueda de la “Foto perfecta” que obtenga la mayor cantidad de likes, muchos usuarios de redes sociales están poniendo en riesgo sus vidas y desafiando los límites de la seguridad personal.
Según un estudio de 2022 publicado en el Journal of Travel Medicine, en los últimos 13 años se han registrado 379 muertes relacionadas con la práctica de selfies peligrosas, lo que representa una tendencia en aumento en la última década.
Las tragedias relacionadas con selfies abarcan una gran variedad de incidentes, desde caídas mortales desde acantilados y accidentes de tráfico hasta peligrosos encuentros con fauna y ahogamientos imprevistos.
Las historias de turistas que, en un intento de destacar en el saturado mundo de las redes, se ven involucrados en accidentes fatales, son cada vez más comunes.
Un caso trágico tuvo lugar en diciembre de 2021, cuando una joven de 24 años cayó 60 metros por un barranco en el fuerte de Prabalgad, en la India, al intentar hacerse una foto al borde del precipicio.
La motivación detrás de esta práctica peligrosa radica en la creciente presión social y la necesidad de destacar en un mar de contenido en las redes sociales. Esta presión lleva a especialmente a los jóvenes, a ignorar las advertencias de seguridad o a aventurarse en lugares de alto riesgo.
La imagen de una persona en el borde de un acantilado, frente a un tren en movimiento o nadando cerca de un animal peligroso parece ser el tipo de contenido que llama la atención en plataformas como Instagram, Facebook y TikTok, lo cual lleva a muchos a estas realizan acrobacias peligrosas.
De las 379 muertes por selfies documentadas entre 2008 y 2021, un 37,2% corresponde a viajeros que visitaron el lugar, en comparación con los habitantes locales, lo cual sugiere que quienes buscan captar una imagen memorable en sus destinos turísticos son más proclives a asumir riesgos.
Las estadísticas indican que el 49,9% de estas muertes se debió a caídas desde lugares altos, el 28,4% a accidentes relacionados con el transporte y el 15,3% a ahogamientos. En promedio, las víctimas de estos incidentes tienen 24,4 años, una edad en la que el uso de redes sociales es especialmente intenso.