Su compañera narró ese momento en el que otra amiga alarmada gritaba que “estaba muerta”. Astrid, como fue identificada, fue localizada muerta en el interior de su habitación ubicada en la línea férrea de la zona 1, más conocida como La Línea, ese lugar que guarda soledad, misterio, historias, quizás dolor, múltiples visitas, el olor ácido que suele emanar de lugares hinóspitos, pero sobre todo, desnuda realidades.
Una realidad que terminó con la vida de una mujer que aferrada a un billete y a una cajetilla de cigarros, yacía en su cama. Según sus compañeras, solo estaba ahí, “ni tenía vómito” pero había bebido mucho, de hecho, el testimonio de una de las amigas es que le gustaba mucho beber, pero que era tranquila, amigable, y que solo se dedicaba a hacer su trabajo.
Las voces de ese lugar, quienes también prestan servicios sexuales, contaron que la fallecida tendría aproximadamente 41 años, dijeron que estuvo bebiendo alcohol con dos amigas, “le gustaba tomar un poquito y sus amigas que compartían con ella bebía mucho”. Se presume que Astrid falleció por intoxicación alcohólica, serán las investigaciones las que determinen la causa de su muerte.
A saber si Astrid tenía hijos, quienes hoy pudieran llorar su muerte y en el contraste a esa realidad desconocida, en la escena se localizaron cigarrillos y drogas.