La llegada de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, es el primer arribo a la isla de un político estadounidense de tan alto rango en los últimos 25 años.
El viaje ha generado fuertes protestas por parte de las autoridades chinas, que en respuesta reforzaron los ejercicios militares en la región, incluso con fuego real.
Por su parte, Taipéi realizó la pasada semana simulacros masivos de ataque aéreo, tras las reiteradas advertencias de represalias por parte de Pekín ante la posible visita de Pelosi. Al mismo tiempo, las autoridades de la isla iniciaron la segunda fase de los ejercicios militares anuales Han Kuang, también con fuego real.
Taiwán le da la bienvenida
El icónico rascacielos Taipéi 101, en Taiwán se iluminó con un mensaje de bienvenida a la presidente de La Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
También en el aeropuerto de Taipei Songshan se leyó el mensaje “Love, Hope, Peace” (Amor, Esperanza, Paz).
Tensión
En redes se difunde un video en el que se oyen sirenas en la provincia china de Fujian, la más cercana a Taiwán.
https://twitter.com/i/status/1554409087311511552
Gira por asia
Se trata del primer arribo a la isla de un político estadounidense de tan alto rango en los últimos 25 años.
Si bien inicialmente el itinerario oficial de la gira asiática de Pelosi incluía solo Singapur, Japón, Corea del Sur y Malasia, diversos medios estadounidenses y taiwaneses informaron, citando a fuentes gubernamentales, que la visita a Taiwán sí se llevaría a cabo.
Historia
- Pekín considera a Taiwán como parte irrenunciable de su territorio, e insiste en que cualquier negociación con la isla que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China. La mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a la isla como parte integral de la República Popular China.
- Aunque Washington no reconoce a Taiwán —que se autogobierna desde 1949 con una administración propia, como país independiente—, mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones.