Estresada debido a la larga búsqueda para averiguar por qué su hija era más pequeña que otros niños —y por la guerra con Rusia_, la madre de Karina solicitó ayuda el mes pasado a un hospital de campo israelí situado a unos 5 kilómetros (3 millas) de la casa de la familia, cerca de la frontera entre Ucrania y Polonia. Uno de los médicos del lugar escuchó el corazón de Karina, detectó un soplo y le realizó un ultrasonido. El diagnóstico fue un defecto congénito entre las cámaras del corazón de Karina que es tratable con un procedimiento sencillo disponible en Israel, pero no en Ucrania, dijeron los médicos.
La organización israelí sin fines de lucro Save a Child’s Heart accedió a trasladar a Karina al Centro Médico Wolfson de Jolón, cerca de Tel Aviv, para que recibiera tratamiento. Se obtuvieron los pasaportes, se efectuó un plan y el lunes, dos semanas después de que la madre de Karina acudiera al hospital de campo, médicos en Israel le efectuaron a Karina un cateterismo que se prevé le permita llevar una vida normal.
“Estoy contenta de haber venido a Israel para que operaran a mi hija”, dijo la madre de Karina, Iryna Andreiko. “Por un lado, estoy muy preocupada por ella, pero creo que todo irá bien”.
Temeroso de Rusia, Israel ha intentado adoptar una postura cautelosa frente a la invasión rusa de Ucrania, incluso cuando Occidente se alineó contra el presidente Vladimir Putin.
Aunque Israel no ha impuesto sanciones a Moscú ni proporcionado armas a Kiev, sí ha criticado la invasión y ha prestado ayuda humanitaria a la población ucraniana inmersa en el conflicto, incluidos aviones cargados de suministros.
El padre de Karina está combatiendo en la guerra, por lo que su madre decidió recurrir al hospital de campo “Estrella brillante” del Centro Médico Sheba, cerca de la casa de la familia en Hostyntseve. El objetivo central del hospital, que ya fue cerrado, había sido atender a las víctimas civiles de los ataques rusos.
Karina no había sido herida en el conflicto. Aun así, su caso ha agregado un beneficio inesperado a los logros del hospital de campo, que incluyeron el tratamiento de 6.000 personas durante las seis semanas que estuvo abierto. Ahora la ayuda está siendo enfocada en la formación de médicos ucranianos por parte de sus homólogos israelíes.
A Karina le diagnosticaron un defecto del tabique auricular, un orificio entre las cámaras superiores del corazón que no se cierra y que puede provocar insuficiencia cardíaca en el futuro si no se trata.