Un niño de 11 años sufrió un accidente con un juego pirotécnico y ahora corre el riesgo de que pueda perder uno de sus ojos. El caso se trata en la pediatría del Hospital Roosevelt, así como en la unidad de oftalmología de ese nosocomio.
La emergencia ocurrió anoche, en el municipio de San Juan Sacatepéquez, cuando el menor participaba en una posada y de manera repentina fue víctima de la explosión de un mortero. El cual afectó algunos de sus dedos, así como uno de sus ojos.
De acuerdo con la información de familiares del afectado, el menor iba caminando; cuando al parecer, otro niño que manipulaba el mortero lo lanzó y este explotó justo en el rostro del paciente.
El doctor Ricardo Menéndez, jefe de pediatría de ese centro asistencial, indicó que al niño ya le realizaron una reconstrucción en sus dedos y ahora está en oftalmología; para determinar si es posible salvarle el ojo.
Incrementan casos de niños quemados
El médico agregó que desde la quema del diablo, que prácticamente abre las fiestas de navidad y fin de año en el país, incrementaron los casos de niños quemados en esa área.
En los 22 días de diciembre hemos ingresado por lo menos un niño diario quemado entre agua y pólvora. De quemados por pólvora hubo dos casos el día de la quema del diablo y de ahí se han incrementado a dos casos diarios aproximadamente. Hubo otro niño en San Juan al cual una de esas bombas voladoras que explotó en el aire le causó una lesión en el rostro, y el caso de ayer del niño con el problema del ojo por el mortero”.
Menéndez recordó a los padres de familia que la pólvora es un producto muy peligroso que puede causar lesiones graves y de por vida en los menores.
Hacemos el llamado a los papás, o a los responsables, que la pólvora no es un juguete ya que puede dejar secuelas de por vida. Quemaduras en la córnea, perforación por esquirlas en los ojos, amputaciones de las manos, incluso hay morteros que pudieran matar a alguien. Cuidado con los ponches, y cualquier líquido caliente que pueda caerle a un niño”.
Camas llenas
El Hospital Roosevelt tiene diez camas disponibles en la pediatría para ingresar niños con quemaduras, las cuales se encuentran llenas en este momento. Además se contabilizan otros cinco pacientes pediátricos en el intensivo y otros que están recibiendo atención ambulatoria.