Los repartidores de comida en Nueva York que trabajan en aplicaciones como Uber Eats y DoorDash están de fiesta luego de que el alcalde de la ciudad aprobara una ley que pasa de siete dólares la hora de trabajo a $17.
La medida entró en vigencia el 12 de julio, se calcula que beneficiará a unos 60 mil repartidores y se espera que el monto sea revisado posteriormente si la inflación registra un incremento.
Empresas reaccionan
Josh Gold, portavoz de Uber Eats, aseguró que “la ciudad está mintiendo a los trabajadores de reparto: quieren que las aplicaciones financien este aumento, eliminando puestos de trabajo y reduciendo las propinas mientras obligan a los trabajadores restantes a entregar los pedidos más rápido”.