La Organización Mundial de la Salud calcula que casi 15 millones de personas han muerto, sea directamente de COVID-19 o a causa del impacto que superó las capacidades de los servicios de salud, en los últimos dos años. Es más del doble de la cifra oficial de 6 millones. La mayoría de las muertes se produjeron en el sureste asiático, Europa y el continente americano.
En un informe publicado el jueves, el director general de la agencia de salud de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que era una cifra “aleccionadora” y que los países deberían invertir más en sus medios para enfrentar futuras emergencias de salud.
Los científicos a quienes la OMS encomendó la tarea de calcular la cifra real de muertes de COVID-19 entre enero de 2020 y el fin del año pasado estimaron que hubo entre 13,3 millones y 16,6 millones de muertes, sea directamente del coronavirus o a causa del impacto de la pandemia sobre los sistemas de salud, incluyendo, por ejemplo, los enfermos de cáncer que no pudieron recibir tratamiento porque los hospitales estaban atestados de enfermos de COVID.
Las cifras se basan en datos reportados por los países y los modelos estadísticos. La OMS no desglosó los números en muertes directas de COVID-19 y las causadas por la pandemia.
“Esto puede parecer un mero ejercicio aritmético, pero estas cifras de la OMS son absolutamente cruciales para comprender cómo debemos combatir las futuras pandemias y seguir respondiendo a la presente”, dijo Albert Ko, especialista en enfermedades infecciosas de la Facultad de Salud Pública de Yale que no participó de la investigación de la OMS. Por ejemplo, dijo Ko, la decisión de Corea del Sur de hacer una fuerte inversión en la salud pública luego de un fuerte brote de MERS le permitió superar el COVID-19 con una tasa de mortalidad per cápita que fue apenas la vigésima parte de la estadounidense.