En el Vaticano el Papa Francisco participó en la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. El pontífice dio un mensaje titulado “No se trata solo de migrantes” donde llamó a superar el miedo a los migrantes y a acogerlos, tanto para ayudar a estas personas como para superar la decadencia moral de una sociedad injusta y contribuir a lograr los objetivos de desarrollo sostenible que se ha marcado la comunidad internacional.
Francisco habló de esta problemática mundial como “la globalización de la indiferencia” porque a muchas personas les da igual ver a un migrante necesitado.
Las personas migrantes, refugiadas, desplazadas y las víctimas de la trata, se han convertido en emblema de la exclusión porque, además de soportar dificultades por su misma condición, con frecuencia son objeto de juicios negativos, puesto que se las considera responsables de los males sociales”.
El primer mandamiento que abordó fue “servir al prójimo como a ti mismo” porque asegura el mostrar interés por ellos nos hace ser buenas personas, incluso añadió que “No se trata sólo de migrantes: se trata de poner a los últimos en primer lugar. Jesucristo nos pide que no cedamos a la lógica del mundo, que justifica el abusar de los demás para lograr nuestro beneficio personal o el de nuestro grupo: ¡primero yo y luego los demás! En cambio, el verdadero lema del cristiano es “¡primero los últimos!”, señaló Francisco.