Biden explicó que, si bien personalmente se oponía al aborto y se resistiría a la financiación federal para el procedimiento, no quería imponer su punto de vista a los demás anulando el fallo Roe vs. Wade de la Corte Suprema de 1973, la decisión que legalizó el aborto en todo el país.
“Esa es una posición difícil, muchacho”, dijo el senador Abraham Ribicoff, de Connecticut. Años después, en su biografía Biden recordó que Ribicoff le aconsejó: “Elige un bando. Estarás mucho mejor políticamente. Solo elige un bando”.
Luego de cinco décadas en un cargo electo, Biden ha evitado elegir un bando sobre el aborto siempre que ha podido. Ahora eso es imposible ya que la Corte Suprema parece a punto de anular el derecho constitucional al aborto. A principios de semana, el sitio de noticias Politico publicó un borrador de la opinión de la mayoría de la corte sobre Roe vs. Wade y se espera una decisión final este verano.
Siendo el presidente demócrata en el cargo mientras la agenda antiaborto de los republicanos alcanza su crescendo, Biden enfrentará el tipo de batalla que ha eludido durante gran parte de su carrera.
No es un papel natural para él, a pesar de su larga defensa del derecho de una mujer a elegir la interrupción de un embarazo. Como muchos demócratas católicos, ha expresado opiniones contradictorias sobre el tema, que su iglesia considera un pecado pero que su partido político considera un derecho legal.
Aunque Biden pidió proteger Roe v. Wade en su informe anual en marzo, desde que asumió la presidencia nunca había pronunciado públicamente la palabra “aborto” hasta esta semana, cuando se filtró el anteproyecto judicial. Y todavía prefiere enmarcar el tema en torno a la privacidad y la capacidad de las personas para tomar sus propias decisiones sin la interferencia del gobierno.
“Se trata de mucho más que el aborto”, dijo el miércoles en la Casa Blanca. ”¿Cuáles son las próximas cosas que van a ser atacadas?”, señaló.