Hasta hace unos meses era visto como un valor de riesgo, pero actualmente alcanza máximos históricos.
Para nadie es un misterio que la pandemia del coronavirus afectará a todos los sectores y provocará una de las mayores crisis económicas de la historia. Ante esta situación los inversores están más interesados que nunca en adquirir oro físico, o lo que es lo mismo, en lingotes.
Se trata de una jugada que los expertos en finanzas no creían recomendable hasta hoy, cuando el valor está alcanzando máximos históricos. El precio de una onza del preciado metal se desplomó el pasado mes de marzo hasta los 1.400 dólares, pero ahora se ha disparado hasta los 1.800, y según afirman los entendidos, seguirá creciendo en las próximas semanas.
En un reportaje publicado por Bloomberg explican que entre los motivos más significativos de este crecimiento está la paralización de prácticamente todas las industrias, lo que hace que las empresas busquen activos con los que cubrir sus pérdidas. Si la situación empeora cuentan que es probable que los bancos originen una devaluación en la moneda donde el oro supondría un valor asegurado para hacerle frente.
Sin embargo, poseer lingotes hoy en día no es nada fácil, ya no solo por el mero hecho de que tanto las refinerías como las líneas de transporte del mismo han paralizado su producción, sino que su custodia también implica problemas puesto que no todos poseen las medidas de seguridad pertinentes para mantenerlo a salvo, publica ABC.
Por otro lado, en el mismo medio el multimillonario egipcio Naguib Sawiris declaró que el oro sigue siendo un acierto puesto que el coste de creación de una onza es menor que el del metal en sí mismo. Ese mismo interés es el que tienen los magnates del mundo, que están intentando hacerse con una buena cantidad de lingotes antes de que la situación se agrave más todavía.
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