De acuerdo con expertos y profesionales, las víctimas de abuso sexual en muchas ocasiones se niegan a interponer una denuncia en contra de su agresor o agresora por diversas aristas y a esto se añade la experiencia negativa y en ocasiones hasta traumática que para muchas de las afectadas representa tener que acudir en busca de apoyo al sistema de justicia.
Sin embargo para el sistema de justicia, estas denuncias tienen el objetivo de detener a una persona señalada de agredir sexualmente, principalmente para frenar las violaciones y sobre todo alejarlos de sus victimas, pero el panorama no siempre es este y el problema radica cuando hay impunidad de acuerdo a expertos.
Los Jueces deben de tomar en cuenta el contexto, en donde se da esa situación de medida, para que no queden detenidos o privados de libertad, porque los niños corren riesgos, la familia corre riesgo muchas veces, y hay una intimidación permanente, pero más allá de eso, hay un sentimiento que tiene que ver no solo solamente con el aspecto del acceso a la justicia, sino de también desde el ámbito psicosocial, que es el tema de la impunidad”, declaró Miguel López, director de CONACMI.
Pero el temor de saber que el agresor esta suelto es perturbarte para las víctimas de violación.
Deja mucha indefensión por parte de las víctimas, es muy complicado por sí poner la denuncia, el hablar o decir, que sufren algún tipo de abuso sexual. Cuando no ven que la justicia responde, les da mucha frustración, enojo, miedo, y al mismo tiempo decepción, al final es la desesperanza que las cosas siguen igual”, comentó la psicóloga, Nancy Álvarez.
Y después de una agresión el temor aumenta, sobre todo si la persona no ha sido descubierta o está libre.
Sí hemos trabajado en varios casos y es mucha la desconfianza, es decir el temor a salir incluso, porque a veces son personas que viven en la misma comunidad. El temor de ir a la escuela, necesitan estar acompañados, tienen esa necesidad que alguien esté con ellos y alguien que sea de confianza, En algunos casos los familiares sabían y no les creían, las víctimas tienen esa desconfianza y prefieren que alguien más los cuide que no sea de la familia”, relató la psicóloga, Wendy Ortiz.
Por los procesos y amenazas varios no se atreven a denunciar, pero hay que recordar que los agresores continuaran haciendo daño, es decir que puede haber más víctimas si no se detiene a tiempo.