La ex analista de los servicios de inteligencia de la Fuerza Aérea estadounidense, con su cabello tapado por una hiyab, se plantó frente a un ayatola mientras las cámaras de televisión la filmaban por detrás.
Fue en el 2012 y Monica Elfriede Witt repitió ante el ayatola Hadi Barikbin la premisa que todo musulmán debe recitar: “No hay más dios que Alá y Mahoma es el último mensajero de Alá”.
En medio de las felicitaciones por su conversión, Witt, quien alguna vez tuvo acceso a información secreta en Estados Unidos, estaba siendo convencida por la Guardia Revolucionaria iraní de traicionar a su país, según fiscales estadounidenses.
Witt, nacida en El Paso, Texas, de 39 años, se fue a la República Islámica supuestamente para apoyar las tareas de espionaje de los iraníes. Esta semana se conocieron los cargos en su contra: Se le vincula con hackers vinculados supuestamente con la Guardia, una poderosa fuerza paramilitar que responde únicamente al Líder Supremo, el ayatola Alí Jamenei.
Años antes de que se conociesen las acusaciones, no obstante, la conversión de Witt había sido objeto de informes televisivos y de reportajes.
Witt, quien dejó la fuerza aérea en el 2008 y luego trabajó como contratistas, siempre en el sector militar, llegó a Irán en febrero del 2012 para participar en la conferencia “Hollywoodism” de la Organización Nuevo Horizonte. Esa agrupación dijo que el objetivo de la conferencia era denunciar la forma en que Hollywood presenta a Irán y a los musulmanes. Pero la Liga Antidifamación judía, con sede en Nueva York, sostuvo que la conferencia promovió “teorías de conspiraciones antisemitas clásicas sobre los judíos e Israel, al tiempo que legitimizó una serie de antisemitas y antisionistas con teorías conspirativas”.
El miércoles, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos acusó a Nuevo Horizonte de ser un instrumento de la Guardia Revolucionaria iraní. Nader Talebzadeh, uno de los organizadores de la conferencia, declaró a la agencia semioficial Fars que las sanciones impuestas obedecieron al hecho de que Estados Unidos estaba molesto con los participantes, entre quienes hubo soplones.