El objetivo de las inversiones estadounidenses en el sur mexicano y el norte de Centroamérica es crear desarrollo para desalentar la migración hacia el norte y se canalizarán a través de la agencia de desarrollo estadounidense Overseas Private Investment Corporation (OPIC, por sus siglas en inglés), que combina inversión pública y privada.
Según explicó la cancillería mexicana en un comunicado el miércoles, los dos proyectos que se concretaron son la construcción de una planta de licuefacción de gas natural y la creación de una planta de energía eólica, las cuales suponen una inversión directa de casi 500 millones de dólares. No se afirmó dónde estarán situadas.
El director de Operaciones de OPIC, Ryan Brennan, se reunió con el canciller Marcelo Ebrard el miércoles y anunció que la oficina extenderá financiamientos por 52 millones de dólares para micro, pequeñas y medianas empresas en el sur de México a través de bancos locales e instituciones de microcréditos, dando prioridad a los proyectos encabezados por mujeres.
“Al apoyar la inversión estadounidense en sectores de alto impacto como servicios financieros y energía, estos proyectos crearán nuevas oportunidades económicas en el sur de México que empoderarán a hombres y levantarán comunidades”, dijo Brennan, según la nota de la cancillería.
Estas inversiones forman parte de los 10.600 millones de dólares prometidos por Estados Unidos en diciembre, de los cuales 4.800 serían para el sur del país.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador considera que la inversión para el desarrollo de Centroamérica es un punto fundamental para frenar el flujo de migrantes hacia el norte, el cual se incrementó exponencialmente desde finales del año pasado y para ello no sólo ha pedido apoyo a Washington sino a otros países y a varias agencias de Naciones Unidas.
De forma paralela, desde finales de marzo reforzó las acciones de detención y deportación de inmigrantes que cruzaron ilegalmente por su frontera sur.