Alrededor de 4.000 activistas anti-G7 se manifiestan en la frontera franco-española, comenzando en Hendaya y marchando hacia Irún, durante la llegada de los jefes de estado de la agrupación para la cumbre en Biarritz.
Evento en el que se reunirán los mandatarios de siete de los países más poderosos del mundo, que juntos representan el 58% de la riqueza neta global, con el propósito de abordar temas como el cambio climático, la lucha contra la desigualdad, el brexit, la paz, la crisis iraní, Rusia o el libre comercio, entre otros grandes retos que hay a nivel mundial.
Incendio en la Amazonia
Emmanuel Macron, el presidente del Gobierno francés, será quien ejercerá de anfitrión de la cita que comenzará el sábado y se alargará durante todo el fin de semana.
Uno de los temas principales según anunció Macron en los últimos días será el incencio que consume la selva del Amazonas en Brasil, pese a los comentarios del mandatario de ese país, que exige se respete la soberanía.
“El océano y el bosque que arde en el Amazonas nos llaman. Tenemos que responderles. Y de manera concreta. Ya no hay tiempo para palabras sobre estos temas, sino para hechos.”, tuiteó Macron en las últimas horas.
Difícil camino
Así, el principal objetivo de esta reunión será buscar una solución a estos temas, pero la gran diversidad de asuntos fijados a tratar, y su complejidad, dificultan en gran medida la posibilidad de llegar a un acuerdo, o al menos un compromiso por parte de todos los presidentes.
De esta forma, será difícil que el próximo lunes, al finalizar la cumbre, Emmanuel Macron (Francia), Angela Merkel (Alemania), Justin Trudeau (Canadá), Donald Trump (EE. UU.), Giuseppe Conte (Italia), Shinzo Abe (Japón) y Boris Johnson (Reino Unido) hagan una declaración conjunta. De hecho, en la reunión del año pasado, Trump se desmarcó del grupo y decidió no suscribir el comunicado final.